APELAR LAS SENTENCIAS DEL CONSULADO DEL MAR. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

25.01.2023 12:28

 

                El siglo XIII asistió a un vigoroso movimiento de crecimiento comercial en distintos reinos de la Cristiandad, como el conquistado reino de Valencia. En 1283, el rey don Pedro de Aragón autorizó la creación del Consulado de Mar en Valencia, encabezado por cónsules de designación anual.

                Las decisiones consulares causaron pronto más de un desacuerdo, y el 9 de diciembre de 1284 el mismo rey quiso ponerle remedio. Cuando cada año se escogieran los correspondientes cónsules, también se elegiría un varón recto (un buen hombre) para entender en sus sentencias.

                Debería de ser un entendido en el arte de la mar, a escoger por el procurador del reino o su lugarteniente. El primer elegido fue Jaume de Vic.

                La decisión no evitó que a veces otras autoridades (el mismo procurador, bailes y justicias locales) terminaran entrometiéndose en las apelaciones, por lo que el 23 de enero de 1331 Alfonso el Benigno tuvo que reiterar el privilegio de 1284, algo que igualmente haría su hijo Pedro el Ceremonioso en 1336. Juzgar en cuestiones de comercio y de navegación no resultaba nada sencillo.

                Fuentes.

                Llibre del Consolat de Mar. Edición de Antoni Ferrando, Valencia, 1979.