DINEROS VALENCIANOS QUE PUDIERON SER REACUÑADOS EN CASTILLA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

05.08.2021 11:21

 

                La circulación de moneda de un reino por otros reinos ha sido común a lo largo del tiempo, particularmente cuando han sido vecinos. En la Baja Edad Media corrieron los florines del cuño de Aragón, procedentes de Valencia, en Castilla. Con la unión de coronas, los reinos mantuvieron sus monedas propias. Sin embargo, al intensificarse las relaciones, se prestó mayor atención legal a las correspondencias de valor entre piezas distintas.

                En el siglo XVII, las acuñaciones de moneda de vellón (las de aleación de plata y cobre) menudearon en los reinos hispanos, dadas las dificultades económicas de la Monarquía, hasta tal punto que desde 1607 las tropas comenzaron a aceptar el pago en moneda de plata en lugar de en piezas de oro. Más tarde, recibirían en numerosas ocasiones el simple vellón.

                Entre 1608 y 1617, el vellón circuló mucho en el reino de Valencia, coincidiendo con los días críticos de la expulsión de los moriscos. Se denunció en 1616 que desde aquí pasaba a Castilla falsa moneda de vellón, ya que las relaciones entre ambos lados de la raya eran apreciables.

                La moneda de vellón se convirtió en el medio habitual de pago y cobro de las gentes del común en distintos territorios, lo que causó en tierras castellanas una importante inflación. Para detenerla, el gobierno del conde-duque de Olivares ordenó su retirada o consumo en la primavera de 1638.

                La orden se leyó en el consistorio de Requena, entonces castellana, el 11 de mayo de aquel año. Desde esta villa se hizo una singular petición al rey.

                En el confinante reino de Valencia circulaba por entonces una moneda pequeña de veinticuatro dineros, que equivalía a un real castellano. Se trataba de los diners del ramet o ramillets de València, cuya acuñación databa de tiempos medievales. En 1614, se había establecido tal valor en el reino de Valencia. Sin embargo, cuando se les pesaba, su valor era de dieciséis maravedíes de vellón de Castilla, cuando el citado real equivalía en teoría a treinta y cuatro maravedíes.

                Su abundancia en Valencia y el mucho cobre que acumulaban las monedas que circulaban en Requena, aconsejaban adoptar los ramillets a los usos legales monetarios de Castilla. Simplemente bastaría sustituir la cabeza y el ramillete de las acuñaciones por el castillo y la letra. Al llevar tales piezas valencianas liga de plata, se aseguraba que no se codiciaba metal de fuera. Además, se sostenía que no habían entrado de fuera de los reinos hispanos.

                La petición quedó en poco más, pero demostró lo habitual que fue su circulación más allá del reino de Valencia.

                Fuentes.

                ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE REQUENA.

                Actas municipales de 1637 a 1647, nº 3268.