EL MUNICIPIO DE ORIHUELA VELA POR EL ABASTECIMIENTO VECINAL. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

21.09.2019 12:40

                La tranquilidad pública durante el Antiguo Régimen dependía, como hoy en día, de muchos elementos, en el fondo una combinación de temor, interés y afecto en grado variable. Los municipios tenían que hacerse de respetar y de querer por sus vecinos en puntos tan delicados como el del abastecimiento alimentario, pues en aquel tiempo se consideraban unidades económicas que podían aspirar a la autosuficiencia, por mucho que tal pretensión fuera más ilusoria que real.

                Orihuela, con sus extensos términos, era un mundo en sí mismo, si seguimos la descripción de Rafael Martín de Viciana, que llegó a estimar su producción de trigo en 50.000 cahíces o unos 9.713.042 kilos, junto a la de otros cereales, que le permitían alimentar a su población y exportar parte de la cosecha en los buenos años.

                La cosecha de 1570 fue buena en la huerta de Orihuela, una circunstancia compartida por otras áreas del Mediterráneo Occidental como Mallorca, Provenza, Cerdeña, la península Itálica y Sicilia. En teoría, se podía vender grano al exterior. Sin embargo, las autoridades municipales no dieron las oportunas licencias de saca.

                Paralelamente, se había fijado el precio de la barchilla o la doceava parte de un cahíz (unos 16´18 kilos) en seis sueldos y medio, precio tan favorable para los cosecheros que desearan vender como ajustado para los pobres que tuvieran que comprarlo. El precio era un poco superior al tasado en Castilla por aquellas fechas.

                El gobernador Enrique de Palafox aprobó el 21 de julio de 1570 desde Alicante aquella decisión. Se temió que Orihuela pudiera seguir el errático camino de Cerdeña, malogrando la buena ocasión, al exportar demasiado cereal para Italia hasta tal extremo que hubo muchos hambrientos, demasiados tuvieron que alimentarse de hierbas y las doncellas tuvieron que empeñar su virginidad por un trozo o dos de pan, según se consignaba con pesar en la documentación.

                Ya el 16 de junio de 1567 se había ordenado al baile general de Valencia averiguar los alimentos entrados en el reino procedentes de Cerdeña, cuyo error también había cometido alguna vez Sicilia y la Apulia, grande suministradores de trigo. Compatibilizar la ganancia con el abastecimiento no ha sido precisamente sencillo en la cuenca mediterránea.

                Fuentes.

                Vilar, Juan Bautista, Orihuela, una ciudad valenciana en la España Moderna, Tomo IV, Volumen III, Murcia, 1981, Apéndice de documentos, pp. 842-843.