EL REINO DE VALENCIA Y LA OSCILACIÓN DEL ATLÁNTICO NORTE (OAN).

19.12.2017 18:30

                

                La Historia del clima gana los favores de más investigadores en los últimos años, pues la cuestión del cambio climático ha sensibilizado a muchas personas. Bueno es que nos preguntemos sobre las razones de las variaciones del clima a lo largo de los siglos, ciertamente complejas a medida que nos remontamos en el tiempo.

                Los documentos y las crónicas de la Baja Edad Media, momento crítico para las gentes de la Europa Occidental, nos informan de una serie de episodios ciertamente catastróficos. La pequeña Crónica del caballero Pero Maça, varón de singulares energías, resulta de gran utilidad al respecto, ya que menciona expresamente que en 1406 se abatió un diluvio sobre el reino de Valencia y el de Mallorca.

                Por el contrario en 1412 se padeció una terrible sequía, que acompañó a la difusión de la peste. Las precipitaciones volvieron a ser intensas durante siete semanas, entre finales de 1423 e inicios de 1424. Cayeron muchas casas y edificios, e incluso los muros de villas y ciudades. Se elevaron plegarias al cielo para que tanto mal cesara.

                En 1426 el río Júcar volvió a salirse de madre y a perjudicar a las poblaciones ribereñas. Aunque no se precisan fechas exactas ni mucho menos cantidades de lluvia, algo muy apreciado por nuestra óptica cuantificadora, tales episodios indican rasgos muy propios del llamado clima mediterráneo, con notable riesgo de sequía y con precipitaciones puntualmente muy intensas, como aquel diluvio de 1406, quizá ligado a las bajas presiones barométricas de las Baleares. Algunos lo han caracterizado como el clima templado menos regular de todos.

                Los estudiosos de la Europa del Norte Atlántico han sostenido que los siglos XIV y XV resultaron ser más lluviosos en conjunto que los inmediatamente anteriores, con temperaturas un tanto más bajas. Las variaciones son el resultado de la Oscilación del Atlántico Norte entre la presión en las Azores y en Islandia. Cuando es alta en las primeras y baja en la segunda, los vientos atlánticos se impulsan hacia Europa: se atempera el frío y llueve bastante durante el verano en el Norte, y se padece sequía en el Sur. La situación inversa, de bajas presiones en las Azores y altas en Islandia, favorece la llegada de aire frío desde el Polo Norte y Siberia. Este vaivén de las presiones traza ciclos de siete a diez años, aproximadamente.

                Parece ser que el reino de Valencia sufrió este ciclo con particular intensidad, cuando sus gentes tenían que hacer frente a importantes problemas de endeudamiento y de labranza, coincidiendo además con los duros momentos del Interregno de 1410-12. De la manera de enfrentarse a las dificultades de la Naturaleza surgiría el paisaje del reino de Valencia de la Baja Edad Media.