Jaime II de Aragón se encontraba enfrascado en 1300 en la conquista del reino castellano de Murcia, entonces más extenso que la actual región murciana. La plaza fuerte de Lorca le oponía resistencia, y requería de importantes fuerzas para rendirla.
La solución más eficaz, en noviembre de 1300, pasaba por movilizar sus fuerzas en el reino de Valencia, dada la cercanía del invierno. Por mucho que lo ordenara, no se trataba de una decisión popular. Más de un señor y de un municipio mostraron su escaso entusiasmo para emprender la campaña militar. A 5 de aquel mes, los señores de Elda y de Novelda, con importantes comunidades mudéjares, no se caracterizaron por su ímpetu.
Jaime II pensaba en una campaña de unos cuatro meses, a la que deberían de concurrir sus fieles con las oportunas provisiones. Así se indicó a las gentes de la Vall d´Albaida el 7 de noviembre. Entonces en la frontera del reino de Valencia, Cocentaina se convertiría en la plaza de armas a la que concurrirían los caballeros para dirigirse, posteriormente, a rendir Lorca.
Se emplazó a todos los hombres de armas del reino de Valencia el 9 de aquel mes, pero se urgió el 13 a los de Alcira, Játiva, Gandía, Pego, Beniopa, Pop, Gallinera y Ebó. El esfuerzo de las gentes del Sur no fue suficiente, y se tuvo que requerir el 17 a las del más lejano Ademuz y a las fuerzas del portaestandarte real don Jaime de Jérica.
Tal movilización ocasionó no pocos inconvenientes a labriegos y a señores. Consciente de ello, Jaime II exoneró a los mudéjares de Gallinera, señorío de su esposa, y a los de la Vall d´Uxó por la suma de tres mil sueldos.
Las dificultades persistieron, con todo, y el rey de Aragón acabó ordenando una auténtica leva general en todo el reino valenciano. Tal fuerza debería de congregarse a uno de diciembre en Alicante, donde permanecería en reserva la mitad de la misma a la espera de acontecimientos.
El 18 de diciembre se logró la capitulación del castillo de Lorca, pero las dificultades que se habían presentado en el camino daban cumplida idea de los problemas de una movilización militar rápida y contundente.
Fuentes.
Juan Manuel del Estal, El Reino de Murcia bajo Aragón (1296-1305). Corpus documental I/2, Alicante, 1990.
