LA DIFÍCIL MEDIACIÓN DEL OBISPO LUPIÀ.

24.10.2017 19:31

                

                Los papeles de mediación en un momento conflictivo siempre han sido dificultosos, y en la Baja Edad Media la función episcopal debió de atender a problemas políticos peliagudos, a veces en extremo.

                Los enfrentamientos, a veces verdaderas guerras, entre parcialidades asolaban el territorio del obispado de Valencia a finales del siglo XIV. Un varón tan reconocido como San Vicente Ferrer tuvo sus más y sus menos a la hora de poner paz, y declinó la oferta del rey Martín I para ser obispo de Valencia, un honor que al final recayó y fue aceptado por Hugo de Lupià y Bages.

                El gran historiador Jerónimo de Zurita lo celebró como un hombre notable y generoso, que en el Interregno que siguió a la muerte de Martín I tuvo que enfrentarse a una situación harto complicada. Ante la división del reino de Valencia, animó al estamento eclesiástico a congregarse a mediados de noviembre de 1410 para encontrar soluciones. Su actitud coincidió con la de los enviados del parlamento catalán y entró en disconformidad con la de muchos nobles.

                Los intentos de encontrar una solución negociada del obispo Lupià se enfrentó a agudos escollos. Antes del Compromiso de Caspe, el infante don Fernando de Antequera concentró tropas en el reino de Murcia antes de entrar en tierras de la Corona de Aragón, una vez concertadas las treguas con los musulmanes granadinos. Las parcialidades asolaron localidades valencianas y otros puntos de la Corona aragonesa, como Lérida o Calatayud. De Segorbe, castigada por la pestilencia, lograron fugarse los barones sicilianos encarcelados. El asesinato del arzobispo de Zaragoza llevó las cosas a un extremo muy grave. El conde de Prades no dudó en asoldar compañías castellanas.

                De la relevancia de las divisiones da idea que ni el mismo Papa Benedicto XIII consiguiera aplacar las del valenciano parlamento de Traiguera. Indiscutiblemente, el obispo Lupià no lo tuvo nada sencillo.