LAS DIMENSIONES DE UNA COMUNIDAD MUDÉJAR. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

02.04.2021 13:03

               

                Resulta difícil, cuando no imposible, acercarse al conocimiento de las poblaciones de la larga época anterior a las estadísticas contemporáneas. Los registros fiscales a veces son verdaderos oasis para los estudiosos, en particular durante la Baja Edad Media, y aunque deben de utilizarse con prudencia, con gran cautela, ofrecen datos de gran valor, que de otra manera ignoraríamos.

                La condición legal de mudéjares de importantes grupos de musulmanes del reino de Valencia nos brinda tal clase de información, que deshace muchos tópicos. En la Novelda del siglo XIV, los mudéjares pagaron distintos impuestos, como el de cinco sueldos por cada varón mayor de dieciséis años (el de las cabezas). Cada casa u hogar satisfacía una gallina, valorada en diez dineros. Tales gravámenes nos permitirían acercarnos al número de unidades nucleares familiares, según los parámetros cristianos de su tiempo, pero el derecho de la alfitra o alfatra nos permite conocer la cifra, casi exacta, de toda la población de un lugar, pues lo pagaban todas las personas con la finalización del ayuno del Ramadán.

                Estos son los datos de los años de los que contamos con información de esta clase:

AÑO

CASAS

CABEZAS

ALFITRA

COEFICIENTE

1315

240

300

-

-

1355

263

307

953

3´62

1366

146

135

408

2´79

1379

164

193

633

3´86

               

                La evolución del duro siglo XIV, en el que los mudéjares encajaron importantes cambios desde las condiciones surgidas de la conquista cristiana, se refleja en líneas generales.

                En 1315, la aljama o comunidad musulmana noveldense estaba compuesta por 240 hogares, habitados por unos 300 varones adultos; es decir, al menos sesenta carecían de casa propia, fuera porque se encontraban bajo la férula paterna o porque integraran un hogar complejo, quizá compartido con un hermano. Desconocemos el coeficiente entre población global y número de casas de aquel año, que al hilo de lo visto para años posteriores no superaría la magnitud de cuatro.

                En 1348 la peste negra causó estragos en una buena parte de Europa, pero su impacto no parece acusarse en Novelda, según se desprende de las cifras de 1355. ¿Penalizó el ritmo de crecimiento anterior? No lo sabemos. Tanto el número de casas como el de cabezas han ascendido ligeramente, especialmente el primero, quizá porque se han presentado mayores oportunidades personales. Dentro del total, los varones adultos conformaron la tercera parte de la población, algo que no variaría en años posteriores.

                Más dura se muestra la situación de aquellos mudéjares en 1366, tras los duros años de la guerra entre Aragón y Castilla. La baja es clara y notoria a todos los niveles. Se ha perdido más de la mitad de la población y las dimensiones de las familias se han reducido. Significativamente, hubo entonces más casas que cabezas: once hogares estarían regentados por una viuda. Es muy probable que la guerra castigara con singular dureza a los varones adultos jóvenes, fuera al requerírseles como soldados, transportistas o trabajadores.

                En 1379 se remansaron, algo, las dificultades. Sus cifras demuestran una clara recuperación de la aljama a todos los niveles, aunque algunos buscaron acomodo en territorios islámicos como la Granada nazarí. Sabemos que en 1379 de los 193 varones adultos solamente pagaron el morabatí unos 158, lo que indicaría de otra manera la condición no emancipada de unos cuantos.

                Estos lazos familiares, junto con los vecinales, ayudarían a los mudéjares de Novelda a sobrevivir en aquel tiempo difícil, destacando su solidez.

                Fuentes.

                ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

                Real Patrimonio, Maestre Racional, 2648.

                María Teresa Ferrer i Mallol, Les aljames sarraïnes de la governació d´Oriola en el segle XIV, Barcelona, 1988.