NIVELES DE FORTUNA DE UNA COMUNIDAD MUDÉJAR. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

08.04.2021 11:22

 

                ¿Puede sobrevivir una sociedad sin una minoría dirigente? Tal cuestión se ha prestado a intensas y acaloradas controversias a lo largo de los años, pues para ciertos historiadores decimonónicos conservadores toda comunidad organizada pasaba por el dominio de una aristocracia, un extremo rechazado por historiadores y pensadores de signo político opuesto.

                Cuando se ha estudiado a los mudéjares valencianos y a sus sucesores moriscos, se ha planteado tal tema. La aristocracia andalusí terminaría desapareciendo del nuevo reino de Valencia en el siglo XIII, y se formarían a partir de entonces unas comunidades más homogéneas socialmente, al menos en apariencia. Los estudios sobre los moriscos han arrojado luz acerca de la existencia de una burguesía, formada por oficiales de la administración, comerciantes, artesanos y campesinos afortunados. A veces, una sola persona reunía varias de estas dedicaciones.

                En el caso de los mudéjares del siglo XV, encontramos un panorama muy similar al observado para los moriscos de época posterior. En la comunidad musulmana de Elche, los jurados cristianos de la villa ordenaron en 1435 un verdadero registro de las cantidades de cereal, como trigo, que cada cabeza de familia poseía. Sus resultados son esclarecedores.

                De setenta particulares, solamente uno contaba con 110 cahíces de trigo (equivalentes a unos 27.423 litros): el cadí o administrador de la justicia islámica. Se citó al lado a su esposa, quizá porque parte de su fortuna se cimentara sobre una afortunada alianza matrimonial.

                Entre cien y cincuenta y un cahíces también había otro solitario particular. De cincuenta a once el número crecía hasta los once cabezas de familia. Se trataría de un modesto grupo medio, alejado de la fortuna del cadí.

                Diecisiete particulares poseyeron de diez a seis cahíces. El grueso de los cuarenta cabezas de familia restantes solamente dispuso de cinco a un cahíz. Sus niveles de vida eran de subsistencia.

                De tal ejemplo puntual, no necesariamente indicativo de otros casos, se desprende el carácter minoritario de la elite mudéjar, muy ligada a las funciones religiosas y de administración, claves para el funcionamiento y la identidad de la comunidad, así como la importancia de su base de sacrificados campesinos. Es probable que muchas sociedades puedan pasarse sin ciertas aristocracias, pero no sin sus resistentes trabajadores.

                Fuente.

                José Hinojosa, La morería de Elche en la Edad Media, Teruel, 1994. Documento 53, pp. 169-172.