VALENCIA, ASPIRACIÓN DE CABALLEROS.

02.05.2015 00:25

                El reino de Valencia siempre fue tierra de promisión para hombres de armas emprendedores, prestos a lograr honores y riquezas. No sólo en la Edad Media, sino también en la Moderna.

                El 9 de septiembre de 1689, en tiempos del enfermizo Carlos II, don Pedro Antonio de Espínola y Ejea, natural de Aragón, presentó un memorial al Consejo de Aragón solicitando una merced.

                Pidió un caballerato en el reino de Valencia, siguiendo una arraigada costumbre, con quince mil reales de plata de renta aparejados y el voto en Cortes.

                Además de sus propios servicios en el ejército de Cataluña, como aventurero e intentando servir al emperador en Buda durante seis años, hizo relación de los de su padre, sus primos y sus hermanos.

                Su padre Alberto sirvió dieciocho años en Flandes, Italia y Cataluña como capitán de infantería y responsabilidades de mando. Su primo Francisco combatió durante cuatro años en Cataluña y murió ante Salsas en 1639. Su otro primo Francisco también sirvió doce años y cayó en el asedio de Buda.

                Su hermano Lorenzo durante seis años también sirvió militarmente en Cataluña y su otro hermano Dionisio dos. Murió en el asedio de Gerona en 1684.

                La pobreza propia y de los suyos impulsó al veterano militar a solicitar el caballerato. Sin embargo, el Consejo de Aragón burlaría dos veces su petición. Como en Valencia ya se habían otorgado muchos caballeratos, debería de sustanciarse en el reino de Aragón. Claro que aquí perjudicaría a no pocos municipios por excusarse de cargas y alojamientos. Otras mercedes deberían de concederse a este caballero de triste figura que soñó con la luna de Valencia.

                Fuente: Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, Legajos-0049-número 003 (1626-1703).