VILAFAMÉS QUIERE DESCARGARSE DE DEUDAS (1372-77).

03.05.2015 19:33

                Las deudas han atormentado desde siempre a nuestros antepasados, que a veces meditaron formas para liberarse de ellas con mucha más voluntad que efectividad. Tal fue el caso de la universidad o municipio de rango inferior de Vilafamés, cuyos vecinos pasaron legalmente de la obediencia de la orden del Hospital a la de Montesa de diciembre de 1317 a septiembre de 1319.

                La Baja Edad Media prodigó a los valencianos pagos y sacrificios, entrampando a gentes como las de la citada localidad. En febrero de 1372 el montante de su deuda con siete particulares, como el caballero valenciano Pere de Tous, ascendía a 51.100 sueldos, que obligaban al pago de una pensión o cuota anual de 4.600. Prestar se había convertido en el lucrativo negocio de ciertos caballeros, mercaderes y profesionales liberales, pero también de avispados gestores como el mercader de Morella Mateu Çalom.

                En febrero de 1372 llegó a un acuerdo para reducir el endeudamiento de Vilafamés, cuyo consejo se mostraba incapaz, a lo largo de ocho años. Se le cederían las deudas y se le pagarían 9.600 sueldos anuales para cancelarlas.

                Vilafamés se había puesto en manos profesionales, pero su respiro duró poco.

                En febrero de 1377 las cosas no iban bien y en la plaza de la localidad se reunió el mercader morellano con el consejo municipal compuesto por el justicia Bernat de la Font, los jurados Domingo Guasch y Pere Oliver y sus seis consejeros.

                El balance distaba mucho de ser positivo. El mercader sólo canceló las deudas con tres particulares: Jaume Mercer de Lucena, Guillamó Narbona de San Mateo y el difunto notario de Morella Pere Tarrascó. Por su parte, Çalom adujo que las cantidades resultaban insuficientes y que además se le debían 2.200 sueldos más por gastos de gestión.

                La universidad reconoció el mal estado de su economía y la marcha de muchos de sus habitantes, un triste lugar común de la época. Así pues, se canceló el acuerdo por su incapacidad y se reconoció la deuda de los 2.200 sueldos. Ahora la gestionaría directamente Vilafamés.

                Fuente: Carles Rabassa y Carmen Díaz de Rábago, Documents per a la història de Vilafamés, Valencia, 1995. Documentos 97 y 124, pp. 102 y 114-115.