EL ICÓNICO CAÑÓN DE LA VILLA.

05.03.2019 22:33

                En la Historia han existido objetos que han alcanzado un valor simbólico muy acrecido, casi totémico, que han superado lo meramente material. Su consecución era un orgullo y un deshonor su pérdida. La caída en manos enemigas del estandarte era una grave derrota, de tal modo que los combatientes se afanaban en no perder sus banderas ante sus rivales. Los que las apresaban, obtenían un preciado botín.

                Las piezas de artillería también entraron en esta categoría. Precisamente media galeota berberisca fue apresada por dos fragatas de la Villajoyosa, que lograron un cañón de bronce. Las gentes de la villa eran diestras en la lucha contra los musulmanes en el Mediterráneo desde hacía siglos y gozaban del privilegio de quedarse con sus armas y municiones como botín. Entre tales armas se encontraba aquella pieza de artillería, que pesaba treinta y cuatro arrobas y cuatro libras, según acreditó el síndico de Villajoyosa. Una buena captura y un motivo de satisfacción.

                En 1693, sin embargo, la autoridad real se lo reclamó para fundirlo con destino a nuevos cañones de Alicante, que había padecido en 1691 un espantoso bombardeo de la armada francesa. Los de Villajoyosa obedecieron con resignación y tasaron el valor material de su cañón de bronce: más de 243 libras.

                Como la villa se encontraba muy alcanzada económicamente y debía cantidades de dinero en concepto del morabatí o del maridaje, creyó que sería posible lograr alguna compensación. De momento se quedó sin su icónico cañón.