LA CRUZADA DE VALENCIA.

30.05.2015 16:45

                La conquista de la ciudad de Valencia a los musulmanes fue algo más que la mera expansión de los dominios del rey Jaime I. También fue la demostración de su carácter de empresa cruzada, de gran prestigio todavía en la primera mitad del siglo XIII.

                En la curia general de Monzón se acordó emprender armas contra los moros valencianos y el 28 de octubre de 1236 se aquilató en Lérida el carácter de Cruzada de la campaña.

                Bajo la invocación de la Santísima Trinidad y en honor de Dios omnipotente y de Santa María se anunció que se tomaría la cruz para conquistar el reino de Valencia en exaltación de la fe cristiana. A Lérida acudieron para la ocasión las autoridades episcopales de Tarragona, Barcelona, Zaragoza, Tortosa y Tarazona.

                Se siguieron los criterios de la curia general de Tarragona de suspensión temporal de deudas y otras obligaciones crediticias de todos aquellos que tomaran la cruz. Se renovaron consecuentemente las paces, treguas, constituciones y estatutos promulgados contra la usura en la corte general que se celebró para la conquista del reino de Mallorca.

                Todo baile, vicario o caballero de Cataluña y Aragón fue obligado a acatarlo.

                Se prometió asimismo dotar a la futura iglesia catedral valentina y a sus sufragáneas siguiendo el criterio del obispo Guillermo de Tarragona, de los maestres del Temple y del Hospital, del infante don Fernando y de otros magnates.

                Los bienes tomados a los musulmanes también servirían para compensar de los daños sufridos a todos los obispos, clérigos y caballeros durante la campaña según el consejo del de Tarragona y los maestres.

                Jaime I quiso reforzar el ascendiente de la sede tarraconense confirmando el 1 de noviembre del mismo año, también desde Lérida, que todos los obispados del reino valenciano fueran sus sufragáneos para extirpar la perfidia y ampliar la fe católica.

                La historiografía alemana ha destacado los precedentes de la idea y de los usos de la Cruzada en la Tarragona de fines del siglo XI, todavía en la frontera con el Islam. Jaime I se acogió a su sede y a tal idea para reforzar su poder ante los grandes magnates en vísperas de una conquista de trascendencia histórica.

                Fuente: Liber privilegiorum civitates et regni Valenciae I. Jaume I (1236-1276). Edición de Josepa Cortés, Valencia, 2001, pp. 93-96.