LA PENA DE LOS FORZAMIENTOS DE DONCELLAS EN LOS FUEROS DE VALENCIA.

14.10.2017 16:44

                

                El tema del matrimonio ha interesado a los historiadores del Derecho y de la sociedad de las últimas décadas, dada su clara importancia, así como las formas de precipitarlo o de malograrlo forzando doncellas. En el siglo XII se terminó de perfilar su ritual en la Europa cristiana. Celebrado el contrato de esponsales, la mujer se confiaría al sacerdote, que celebraría el matrimonio y la misa de velaciones, y otorgaría su bendición. El matrimonio carecía entonces del carácter sacramental y fundamentado en el consentimiento de los contrayentes. Las negociaciones familiares resultaban en muchas ocasiones esenciales, especialmente cuando había honores y bienes de por medio.

                En el siglo XIII los repobladores de las tierras valencianas llevaron consigo sus esperanzas y sus formas de pensar, y las oportunidades para concertar matrimonios no apartaron viejas preocupaciones. Entre otras cuestiones, los Fueros de Valencia trataron De los adulterios o de aquellos que se llevaran mujeres vírgenes por la fuerza.

                Se disponía que si alguien forzara una doncella, el violador debía tomarla por esposa si fuera de su valor (categoría social) o de más acrecido. A la pérdida de la virginidad se le daba una importancia muy grande, pues conllevaba el honor familiar, de ahí que la forzada o sus parientes debían probar el delito.

                En el supuesto que el violador resultara de categoría inferior o de condición que no le permitiera tomarla por esposa, debería entregarle de sus bienes el dinero suficiente para casarse con un varón de su rango. En el caso que no pudiera o no quisiera, sería colgado. En aquel tiempo, las violaciones no se consideraban como un atentado contra la dignidad humana al modo actual, sino como un ataque a las normas de emparejamiento de la sociedad estamental.