LA RAZÓN DE SER DE LA ENTRADA OFICIAL DE JAIME I EN VALENCIA.

09.10.2018 11:08

                La toma de posesión ha sido y es un acto más importante de lo que a veces se supone con ligereza, pues simboliza con gran claridad a quién corresponde el dominio. Si del Derecho privado pasamos al público, la cosa puede ser todavía más llamativa. Para un conquistador la adquisición de un nuevo dominio debía de solemnizarse como era debido. Los reyes medievales que tomaban una ciudad se sentían orgullosos y querían el máximo de reconocimiento. La rendición de una urbe de la importancia de la Valencia musulmana fue uno de los grandes logros de Jaime I, según consignó en el Llibre dels feits. No solo acabó venciendo la resistencia musulmana, sino también la iniciativa de sus nobles. A él correspondió dictar las condiciones de la nueva situación.

                Las negociaciones persuadieron tanto como las acciones militares a la rendición. Por entonces, el imperio almohade se encontraba deshecho por las divisiones internas. Zayyan ibn Mardanish acabó cediendo. Su secretario Ibn al-Abbbar refirió la ceremonia de rendición en el campamento de don Jaime en Ruzafa el domingo 28 de septiembre de 1238. El aragonés alzaría su Señera en la torre de Ali Bufa en muestra de su dominio.

                Se pretendía evitar resistencias y ofrecer inmuebles vacíos para los conquistadores, por lo que los musulmanes pudieron salir de la ciudad con sus bienes muebles hacia el Sur, bajo la protección de una escolta que no terminó de evitarles daños.

                Jaime I estuvo el martes 30 en el interior de Valencia, supervisando las tareas de traslado de dominio, y el viernes 8 de octubre el sultán Zayyan abandonó el alcázar. Al día siguiente, las fuerzas reales formaron una verdadera procesión desde el campamento de Ruzafa. Se entonó el Tedeum y según el cronista Desclot los conquistadores entraron por las estrechas y serpenteantes calles valencianas, dignas de una urbe islámica. El rey ocupó el alcázar, la sede del poder, y el campamento se abandonó oficialmente. Así daba comienzo el repartimiento oficial de la ciudad de Valencia entre los seguidores de Jaime I. El mismo Llibre del Repartiment consigna así un 9 de octubre que pasaría a la Historia.

                Tal proceder también lo observaría en 1266 Jaime I en Murcia, alzada entonces contra su yerno Alfonso X. En otros reinos también se actuó de igual modo. Fernando III de Castilla y León ordenó proceder a sus partidores tres días antes de su entrada oficial en Sevilla en 1248, siguiendo los mismos pasos que en Córdoba en 1236. Quizá la singularidad del caso valenciano radique en que aquella toma de posesión oficial fijó en el imaginario una verdadera fecha de nacimiento de una colectividad, a la que el mismo rey dotó de leyes propias.