LA RICA CARGA DE LA NAVEGACIÓN DEL JÚCAR.

21.04.2015 15:51

                

                El río Júcar brinda una vez más sus ventajas de comunicación a los aislados vecinos de Cortes de Pallás, facilitando sus movimientos diarios.

                Por el Júcar bajaron cuantiosas cantidades de leña durante siglos, origen de más de un problema para sus usuarios. La circulación fluvial también tuvo sus inconvenientes.

                Desde las tierras de Cuenca, que hasta 1851 comprendieron también a las de Requena y Utiel, se enviaron cuantiosas cantidades de leña de carrascas y pinos donceles hacia el reino de Valencia, necesitado de tan valioso material.

                El 26 de abril de 1282 el rey Pedro III ordenó a sus bailes y recaudadores de peajes del Júcar que no pusieran obstáculos al libre paso de la madera con destino a la entonces castellana Alicante y Murcia.

                Las crecidas del río ocasionaron más de un malentendido. El 22 de enero de 1329 Alfonso IV ordenó a sus oficiales declarar en un máximo de diez días las cargas de madera pertenecientes a particulares de Utiel, dispersadas por las agitadas aguas. Una ruptura de relaciones no era beneficiosa para Valencia.

                El 29 de mayo de 1340 una compañía maderera castellana, en la que anduvieron requenenses y personas de confianza del infante don Juan Manuel, fue víctima de las depredaciones del baile de Cortes, de los moros de Millar, de Tous y de Alcira, molesta con los daños que a su azud infringía el discurrir de carrascas. Una vez más terció el rey, esta vez Pedro IV, para serenar los ánimos.

                Qué duda cabe que también nuestros ríos y ramblas acumulan una parte importante de la Historia de nosotros mismos.             

                Fuente: Archivo de la Corona de Aragón. Cartas reales, ff. 164r y v y 678r y v.