PLANES ARTILLEROS Y DESEOS PARTICULARES.

01.09.2018 13:22

                La dotación de artillería fue tan importante como el cinturón de fortificaciones en la protección de las naves que recalaban en el puerto de Alicante, de gran actividad comercial en los siglos XVI y XVII.

                Las inclemencias meteorológicas deterioraban a finales del reinado de Felipe III las cajas y las ruedas de los cañones, emplazadas al aire libre habitualmente. Para remediarlo, se pensó alzar un cobertizo en el baluarte de Levante.

                El subrogado de portanveces o representante del gobernador en Alicante Jerónimo Vallebrera se mostró conforme, y el municipio corrió con los gastos. Incluso se quiso volver a disponer una campana allí.

                Sin embargo, Nicolás Escorcia se quejó de las obras. De un destacado linaje de origen genovés, protestó que el cobertizo le privaba de la vista de sus casas principales junto al baluarte.

                Su pretensión siguió adelante, y se escribió al visitador de los propios y rentas de la ciudad Luis de Ocaña, que se mostró indulgente con don Nicolás. Propuso unos manteletes más baratos que el cobertizo.

                El tema terminó ante el virrey, que decidió asesorarse por técnicos como los soldados prácticos. El capitán Miranda, que conocía bien el baluarte, apoyó la opción de los manteletes. El 20 de noviembre de 1623 la decisión virreinal estaba tomada a favor de lo querido por don Nicolás, demostrando que las influencias sociales podían alterar los más concienzudos planes militares.