PLANES, LA ORIENTACIÓN OLEÍCOLA DE UNA BARONÍA.

07.01.2018 13:39

                

                A finales del siglo XIV las dificultades económicas apretaron a las gentes del reino de Valencia. El malestar social estalló en forma de violencia contra las comunidades judías en 1391, y las autoridades temieron que la furia se extendiera también contra las mudéjares, que se distribuían por tierras montuosas como la baronía de Planes. En 1278 unos ciento treinta cabezas de familia cristianos habían recibido carta de poblamiento de Teresa Gil de Vidaure y su hijo Jaime de Jérica para establecerse en Planes y Almudaina, a fuero de Valencia.

                La señora de la baronía a fines del Trescientos era la ciudad de Valencia, que ejerció también su dominio feudal sobre Cullera, Francavilla, Margalida, el Lombo, la Torre de les Maçanes e Ibi. Su procurador en 1392 tuvo que investigar el robo en el camino de Ibi de la mula y las pertenencias de Abdalla Manona de Elda (vasallo de la reina doña Violante) a manos de su acompañante cristiano, que resultó ser un almogávar de Orihuela.

                Además de la seguridad, también causó gran inquietud a Valencia que los mudéjares de Planes, Margalida y del Lombo cultivaran tierras ajenas, por las que debían entregar a sus propietarios la mitad de lo cosechado. De ello se resentían las rentas señoriales, pues muchos agricultores musulmanes terminaban marchando, con igual perjuicio para los hacendados cristianos de Planes.

                El baile de Planes Guillem de Siurana a veces tuvo roces con la procuración, a cargo del prohombre y regidor Francesc de Fluvià en el mismo año de 1392. Recibió igualmente la alcaidía de Planes, que podía encomendar a quien juzgara oportuno. En el invierno de 1393 el ballestero Bertomeu de Valencia acusó a los mudéjares de las alquerías de Planes de ayudar a escapar a su cautivo musulmán. A Fluvià se le encargó que los interrogara secretamente, y que cuando alcanzara una conclusión firme escribiera a los alcaides y los bailes de las áreas implicadas en el incidente, bajo amenaza de presentar querella ante el gobernador del reino.

                Las rentas poco satisfactorias y los problemas de seguridad condujeron a Valencia a cederla a la reina Violante, señora de la vecina Cocentaina y que había sido la esposa de Juan I de Aragón. El 5 de julio de 1403 autorizó al municipio cristiano de la villa de Planes a alzar en la planicie debajo del arrabal una nueva puebla nueva de musulmanes, campesinos para sus heredades que deberían pagar en enero cinco sueldos como besante de los labradores o casados a la señoría. A cambio del pago de 350 sueldos anuales, se les eximía de la gabela del aceite, dado el abatimiento de la producción. Cristianos y musulmanes podrían establecer en adelante sus propias almazaras o acudir a donde les placiera para conseguir hacer aceite.

                Las medidas surtieron efecto, y la producción de aceite se consolidó en la baronía. A comienzos del siglo XVIII se invirtieron importantes cantidades de dinero para la almazara de Benialfaquí. Ello no fue óbice para que también se fueran desarrollando actividades como las de los artesanos cardadores, importantes entre los siglos XVI y XVII. De todos modos, el 4 de agosto de 1540 la Real Audiencia de Valencia recordó a los habitantes de Almudaina el pago de los besantes al señor de Planes, en un momento de expansión del poblamiento rural valenciano, que había acertado a seleccionar su producción agrícola y en cierto modo a especializarse.