ABU ZAYD, DE POTENTADO ALMOHADE A MAGNATE CRISTIANO. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

21.08.2020 17:49

                Una de las figuras más sugerentes del siglo XIII hispánico fue Zayd Abu Zayd, el sayyid almohade de Valencia  que se convirtió en vasallo de Jaime I y abrazó el cristianismo. Fue ante todo un político astuto que tuvo que vérselas con grandes dificultades, las de la crisis del imperio almohade.

                Nacido hacia el 1195, Abu Zayd era sobrino del fundador de tal imperio, Abd el-Mumin. Su padre Abu Abdallah Muhammad había gobernado Valencia y Málaga. Su hermano Abd Allah al-Bayasi, que gobernaba Córdoba, se levantó contra el califa Al-Adil y no tuvo empacho de coaligarse con Fernando III.

                Abu Zayd, también enfrentado a la presión cristiana en medio de una fuerte inestabilidad, llegó a acuerdos en 1225 con el mismo Fernando III en Moya. Al año siguiente, prometió a Jaime I en Teruel la quinta parte de las rentas de Valencia y Murcia, exceptuando las peitas. Tales acuerdos podían ser interpretados como actos de vasallaje desde el lado cristiano, pero el musulmán los consideró como una forma de sortear los problemas, sin comprometerse en exclusiva con castellanos o aragoneses.

                De hecho, ofreció su fidelidad en 1227 al califa Al-Mamun, que se había hecho fuerte en la poderosa Sevilla, y llegó a tomar a los aragoneses Villahermosa y Bejís. Cuando parecía que su poder como gran señor almohade se fortalecía, Ibn Hud se levantó en armas contra los almohades en Murcia en 1228, seguido por el comandante de caballería Zayyan ibn Mardanish en Onda. Alcira, Játiva y Denia habían escapado de su dominio y en 1229 Ibn Mardanish logró expulsarlo de Valencia.

                Un vencido Abu Zayd había perdido gran parte de su poder, pero no se dio por abatido y tomó el camino de Segorbe. Ofreció a Jaime I ponerse a su servicio a cambio de la cuarta parte de las rentas de los lugares que ganara en Valencia. Era una oferta tentadora para las ambiciones de don Jaime, que se había enfrentado con unos adversarios decididos.

                En Teruel, un 30 de enero de 1232, cedió como rey de Valencia por él y sus sucesores todos sus ingresos en la ciudad de Valencia y sus territorios a Jaime I, que lo distinguió como uno de sus barones. Ese mismo año se convertiría al cristianismo, con el nombre de Vicente, no haciéndolo público hasta tiempo después.

                Colaboró con Jaime I, pues, en las campañas de conquista y el 26 de mayo de 1236 le prometió la cuarta parte de lo que ganara, asegurando el acuerdo entre ambos las plazas de Peñíscola, Morella, Culla, Alpuente, Jérica y Segorbe.

                Don Vicente concedió el 19 de abril de 1238 los derechos eclesiásticos en territorios del alto Mijares, Palancia y Turia al obispo de Segorbe. Comportándose como un verdadero magnate feudal, aceptaría en 1243 el vasallaje de Eximén Pérez y de su hijo Blasco Eximénez, concediendo el castillo de Arenoso, el mando de su hueste y prometiendo la mano de su hija Alda Fernández a Blasco. Recabó exenciones fiscales para Alpuente.

                Fallecería entre 1264 y 1268, dejando su señorío de Arenoso a su hija y a su yerno, pues sus hijos varones nunca dejaron de ser musulmanes. Gran señor almohade, vasallo mudéjar y morisco del rey de Aragón y gran potentado feudal, Abu Zayd/don Vicente encarnó como pocos las alternativas de poder del dinámico siglo XIII.

                Fuentes y bibliografía.

                ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

                Real Cancillería, Pergaminos (Jaime I), serie general (0678).

                Carmen Barceló, “El Sayyid Abu Zayd: Príncipe musulmán, señor cristiano”, Awraq 3, Madrid, 1980, pp. 101-109.

                Pierre Guichard, Al-Ándalus frente a la conquista cristiana. Los musulmanes de Valencia, siglos XI-XIII, Valencia, 2001.