ATENTAR CONTRA LA AUTORIDAD Y HUIR DE LA MISMA.

02.12.2018 12:54

                Los ajustes de cuentas entre particulares fueron frecuentes en el reino de Valencia del siglo XVII. Han sido explicados en términos culturales y sociales, sin olvidar las adversidades económicas del crítico siglo XVII. Caballeros y ciudadanos acaudalados se afanaron en sostener su honor contra viento y marea, pues cualquier mengua de la reputación podía resultar fatal para preservar o acrecentar su poder. Jóvenes como Pedro Bosch así lo entendieron y lo pusieron en práctica. El 20 de junio de 1695, el gobernador de Alicante se dirigió al virrey de Valencia en estos términos:

                “Señor,

                “Habiendo salido el señor don Francisco Descals esta noche a rondar, a la que estaba en la calle Mayor y queriendo reconocer a un hombre, le han disparado una carabina quedando herido don Francisco en un muslo, tocándole en un testículo, si bien los médicos y cirujanos refieren que parece no ser herida mortal.

                “El agresor dicen que es don Pedro Bosch, hijo del marqués del Bosque, y después de haber logrado su captura la misma ronda, y puéstole en estas cárceles dándome luego noticia de uno y otro, a la que enviaba orden que le pusiesen grillos, cadena y cuerdas de vista, ha llegado otro aviso de que le habían escapado por los terrados de la cárcel, y hallándome yo con la gota me ha privado el salir de casa a inquirir su paradero, y luego he dado orden al doctor Damián Cerdá que ejecute las más vivas diligencias que quepan en lo posible mientras yo escribo a todos los lugares de este gobierno, mandando a los justicias que vivan con todo cuidado, aunque sea pasar de sus jurisdicciones a fin de lograr su prisión, de que doy cuenta a V. E. con este expreso y lo iré continuando de lo que en este particular irá sucediendo, y siendo el caso de tanta monta, estaré esperando las órdenes de V. E. de lo que debiere ejecutar, y si a V. E. le pareciere que para el mejor cobro de todo viniese aquí un juez de esa Real Audiencia, creo que había de frutar también para otras cosas.”

                Fuente.

                ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN. Consejo Supremo de Aragón, Legajos 0584, nº 043.