La naturaleza de la Albufera de Valencia todavía impresiona. Su conservación para las futuras generaciones preocupa a más de uno, ya que la explotación de sus recursos por las comunidades humanas a lo largo del tiempo ha sido importante.
En el siglo XIII ya se dieron las primeras señales de alarma, que nosotros sepamos. En octubre de 1285, el rey de Aragón Alfonso el Franco ordenó un mandato tajante. No se podría cazar en el espacio de la Albufera con ballestas o cepos, instrumentos que esquilmaban su rica fauna. A los infractores se les impusieron las severas penas de pago de cien sueldos o pérdida de mano.
Tal disposición se proponía preservar la caza, y estaba alejada de las actuales ideas de conservación del medio ambiente, pero nos indica la creciente presión de la población de la ciudad de Valencia sobre sus recursos naturales.
Fuentes.
ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.
Cancillería, Registro 57, f. 211.
