El ejercicio de la prostitución tiene una larga Historia. En las sociedades medievales, llegó a estar autorizada como un mal menor, y el pago de derechos a las autoridades por la misma se legitimó en la Europa cristiana como una forma de expiación.
En la Valencia bajomedieval, su regulación también se extendió a las comunidades mudéjares, como la de la ciudad de Valencia, antes del asalto de su morería del 29 de mayo de 1453.
Precisamente el 8 de febrero de aquel año, el síndico de su aljama Alí Xupió y sus adelantados Abdalá Ripoll y Abdalá Çaforí arrendaron el derecho a ejercer la prostitución en su morería, el derecho de bailía.
El arrendatario fue el carpintero de la ciudad de Valencia Joan Calderer, cuyos fiadores fueron el notario Joan Rull y el comerciante Joan Pallà, ambos ciudadanos de Valencia. El negocio de la prostitución en la morería interesaba a quienes querían hacer fortuna. Calderer debía pagar en cuatro plazos cuarenta libras anuales.
El derecho incluía el uso de la casa para las prostitutas, sin lugar a dudas las menos consideradas a todos los efectos en este particular trato.
Fuentes.
Manuel V. Febrer, Les aljames mudèjars valencianes en el segle XV, Valencia, 2006, D. 67, pp. 228-229.