EL RÁPIDO JURAMENTO DE ALFONSO III DE ARAGÓN.

30.09.2018 16:33

                Jaime II de Mallorca no secundó a su hermano Pedro III de Aragón en la guerra contra Felipe III de Francia. Al morir Pedro en noviembre de 1285, su hijo Alfonso acometía la conquista de Mallorca e Ibiza. Consiguió su sumisión, confió su autoridad sobre las islas en un procurador e incorporó a sus títulos el de rey de Mallorca.

                A comienzos de enero de 1286, se dirigió a la Península para coronarse rey, en unas circunstancias ciertamente difíciles, a despecho de las victorias frente a los franceses y los mallorquines. Entre los propios aragoneses el descontento era patente por la política real. Alfonso partió de Ibiza y desembarcó en Alicante, entonces castellana. Tampoco Sancho IV de Castilla se mostraba muy favorable a la causa del rey de Aragón.

                Hasta Alicante acudieron figuras como la de don Jaime de Jérica (tío de Alfonso), su hermano don Jaime Pérez (señor de Segorbe), don Guillem Ramón de Moncada, don Bernardo de Bellpuig, entre otros.

                La comitiva llegó a Gandía. Allí escribió a los principales nobles del reino de Valencia para que el día de la Purificación (el 2 de febrero) lo aguardaran en su capital para jurar y rendirle fidelidad. En Valencia se detuvo muy poco, y pronto se dirigió a otros puntos de sus dominios para atender urgentes asuntos.

                El juramento fue ciertamente rápido, y hasta treinta días después de su coronación no convocó Cortes valencianas según los privilegios de su abuelo Jaime I. Se celebrarían en Burriana el 14 de septiembre de 1286. La vida interna del reino de Valencia quedó determinada por otras consideraciones.