EL REY Y SUS FIELES.

11.05.2018 16:44

                A la muerte de Martín I el Humano, los Estados de la Corona de Aragón vivieron un angustioso interregno, concluido con el compromiso de Caspe, que le dio el trono al hermano del difunto Enrique III y regente de Castilla don Fernando, el de Antequera por la toma de tal plaza a los granadinos.

                Fernando I intentó ganarse la voluntad de los poderosos locales con éxito variable. En el reino de Valencia, dispuso de la alianza de la facción o bandería de los Centelles en contra de los Vilaragut, posicionados a favor de don Jaime de Urgel. Entre sus partidarios también se contó un astuto y activo caballero, Francesc Martorell, padre del famoso escritor del Tirant lo Blanc.

                Era un avispado hombre de negocios y un cortesano consumado, que supo moverse con soltura en los medios aristocráticos. Cuando la ciudad de Valencia se encontró conmovida por la inseguridad pública del Interregno, contribuyó junto con su padre Guillem con cuatro rocines el 6 de agosto de 1411 al mantenimiento del orden. Su condición de jurado de la capital del reino fue compatible con la de señor de Murla según los usos de la nobleza de su tiempo, que combinaron los negocios con las ideas caballerescas, al igual que en Italia y en los Países Bajos.

                El préstamo de dinero y el cobro de rentas, como de los socorridos censales, eran fuentes de ganancia muy jugosas para aquellos caballeros. Martorell se hizo con el capital de 504 sueldos y 5 dineros en pensiones de censales del médico del Alcira Pere Ferrando, satisfechos por varios vecinos de Alicante.

                El médico había conseguido tal capital en subasta como bien realengo comprado por la mano muerta (la institución eclesiástica), y el obispo de Cartagena Pablo de Santa María contradijo su pago a Martorell. Entonces la gobernación de Orihuela formaba parte de la diócesis de Cartagena, cuya sede se encontraba en territorio castellano.

                Fernando I actuó en favor del caballero. El 4 de octubre de 1412 ordenó a las autoridades de la gobernación y de la entonces villa alicantina que facilitaran los pagos, pues el bien había sido amortizado sin el permiso real. El nuevo rey de Aragón, influyente en Castilla, favoreció a sus fieles con vistas a fortalecer su autoridad. Francesc Martorell, no en vano, participaría en las campañas de su hijo Alfonso.