EL TEMOR A UNA INVASIÓN OTOMANA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

11.02.2024 10:47

               

                En la década de 1580, españoles y otomanos todavía estaban enfrentados, pero sus prioridades militares se dirigieron hacia los frentes situados más allá del Mediterráneo. Tras la anexión de Portugal, el poder español lanzó importantes campañas en los Países Bajos, se embarcó en una dura guerra con Inglaterra e intervino con decisión en una Francia en guerra civil. El imperio otomano se enzarzó en un prolongado conflicto con Persia y sostuvo otro largo enfrentamiento en la frontera húngara con los Habsburgo de Viena.

                El sultán Murad III pretendió poner en problemas a los españoles al contactar con los ingleses, que le dispensaron estaño y plomo para su artillería. Llegó a pensar en mandar naves a las Américas, pero los españoles lo impidieron.

                La presencia de los moriscos en España añadía nuevos motivos de inquietud para los servidores de Felipe II, especialmente en el reino de Valencia. Su virrey advirtió el 5 de marzo de 1583 contra los moriscos portadores de armas ilícitas. El justicia de Cocentaina (una villa y condado con una acrecida población morisca) debía proceder en consecuencia.

                El 29 de aquel mismo mes, el virrey volvió a apercibir de un peligro mayor. Los otomanos preparaban una gran armada para atacar y damnificar los reinos españoles. La villa y castillo de Cocentaina debía de estar apercibida por sus oficiales para la ocasión, sea para su defensa o socorro a otros lugares, en punto a infantería. Sus lugares y torres tampoco debían descuidarse.

                Se pensaba que los otomanos podían iniciar una nueva invasión musulmana, que según algunos agoreros terminarían en una segunda Pérdida de España. Sin embargo, en la misma Cocentaina las cosas discurrían por unos derroteros más tranquilos. El 1 de abril de 1583 se concertaron los capítulos de conversión en iglesia de la antigua mezquita del arrabal entre sus autoridades y los hermanos Terol, según las indicaciones del visitador del patriarca Ribera. Al final, no se produjo la temida invasión turca, pero su amenaza envenenó más el ambiente de la Valencia de finales del siglo XVI e inicios del XVII.

                Fuentes.

                Luis Fullana Mira, Historia de la villa y condado de Cocentaina, Valencia, 1920.