ENTRE EL TEMOR Y LA EXACCIÓN, EL REINO DE VALENCIA EN 1643.

15.06.2016 16:33

                

                El 23 de enero de 1643 cayó en desgracia el todopoderoso conde-duque de Olivares por obra y gracia de una combinación de derrotas militares y oposición aristocrática. Años antes se antojaba muy difícil el destierro del valido de Felipe IV.

                Su caída fue vista con prevención por hombres como el cardenal Gian Giacomo Teodoro Trivulzio, virrey de Aragón en 1642, y el regente del Consejo de Aragón Jacinto de Valonga, de gran experiencia en las cuestiones de la gobernación. El rey Felipe IV quería mostrar su fuerza, pero se le recomendó prudencia desde el Consejo de Aragón.

                Ordenó el monarca que el reino de Valencia le sirviera en la campaña de la primavera del año 1644 con 2.000 soldados, consciente que así lograría al menos 1.000. En teoría cada 125 valencianos pondrían en pie un soldado.

                El 2 de diciembre de 1643 el cardenal y el regente consideraron imprudente la petición, que no se concedería por un reino que ya contribuía con 72.000 escudos. El estallido de Cataluña podía producirse en otros puntos de la Corona de Aragón, no tan maleables como hoy en día se piensa. Bien podemos decir que el reino de Valencia se movió entre el temor a la insurrección y la exacción.