FRANCISCANOS VALENCIANOS EN LA CHINA DEL XVII. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

25.06.2024 10:26

 

                La Contrarreforma impulsó la evangelización en los distintos puntos del mundo conocido. China atrajo a predicadores de varias órdenes, a veces enfrentadas entre sí, como los franciscanos descalzos de la provincia de San Juan Bautista, en cuyo extenso territorio se encontraba el reino de Valencia. La Monarquía hispana dejó de considerar en 1665 la evangelización de China como una competencia exclusiva, un monopolio, de la Compañía de Jesús, acusados de laxitud por sus rivales. Los dominicos y los franciscanos aprovecharon la oportunidad.

                China se encontraba convulsionada en 1649, con la irrupción de los manchúes, los tártaros de las fuentes españolas. Aquel año pasó desde la filipina provincia de San Gregorio fray Buenaventura Ibáñez al imperio de la Gran China. Este franciscano descalzo había nacido en Elche en 1607 y durante un tiempo fue soldado en Nápoles. Permaneció en China de 1649 a 1667, donde afirmó haber evangelizado a unas cinco mil personas en distintas y distantes localidades, liberándolas de la “esclavitud del diablo”. En noviembre de 1668 solicitó al Consejo de Indias retornar a su misión china, en compañía de siete religiosos más y un lego. Lo consiguió, y volvió a emprender la ruta que pasaba por Nueva España y las Filipinas, la del galeón de Manila. En 1682 reconoció encontrarse muy apurado económicamente en cantón, de donde también dependía de los servicios de los navegantes portugueses de Macao.

                Las penurias y las limitaciones no arredraron a otros descalzos de la provincia de San Juan Bautista, como el valenciano fray Miguel Salas. En 1672 formó parte, junto a Fray Miguel Salas de Tortosa, del proyecto evangelizador del teólogo franciscano Miguel Flores de Reina, que orgulloso de sus estudios y de sus conocimientos pensaba pasar de Filipinas a China, Japón y a otros países asiáticos. En 1688, fray Miguel Salas se encontraba en Valencia, ya trasladado al convento de San Onofre de Játiva. Tierra de misión hasta comienzos del siglo XVII, Valencia también lo era de misioneros que viajaban a países distantes.

                Fuentes.

                ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.

                Filipinas, 4 (N. 52) y 82 (n. 23).