Las fiestas valencianas no serían las mismas sin el componente fundamental de la pólvora. En la noche de San Dionisio, dentro de las conmemoraciones de la entrada de Jaime I en la ciudad de Valencia, se acostumbraba a lanzar cohetes, piules y tronadores en los siglos XVI y XVII, cuando los fuegos artificiales lograron gran relevancia.
Así lo consignó Gaspar Blai Arbuxech en su famoso sermón de la Conquista de 1666, tomando la información del humanista Bernardí Gómez Miedes, canónigo de Valencia, arcediano de Murviedro y obispo de Albarracín finalmente, que escribió una paráfrasis de la Crònica de Jaime I dedicada a los herederos de la monarquía española, primero en latín en 1582 y luego en castellano en 1584.
En su obra, además de exponer lo escrito en la Crònica, apuntó una serie de detalles, algunos tomados de su amigo Jerónimo Zurita o de otras fuentes. El relativo al origen de las expansiones pirotécnicas de los valencianos con motivo del 9 de octubre merece la pena tenerse en cuenta.
Cuando el emir de Túnez quiso socorrer al último gobernante de la Valencia musulmana, mandó una armada contra las fuerzas sitiadoras de Jaime I. Al conocer la noticia de su llegada, los asediados hicieron sonar tambores, clarines, dulzainas y otros instrumentos. Encendieron, además, hogueras o fallas en demostración de júbilo ante la perspectiva de su liberación.
A la noche siguiente, Jaime I ordenó encender una hoguera en cada tienda. También hicieron sonar sus tropas instrumentos musicales. Tampoco se olvidaron de disparar cohetes voladores, en demostración del escaso temor despertado por la armada tunecina, cuyos propósitos quedaron en agua de borrajas. La alegría pirotécnica se asoció estrechamente a los gozos del triunfo.
Pasados los siglos, la figura de Jaime I conservó e incluso ganó más reconocimiento entre los valencianos, atribuyéndole a los tiempos de su conquista algunas de sus tradiciones más queridas.
Fuentes.
Sermó de la S. Conquista de la molt insigne, noble, leal e coronada ciutat de València, predicat en la esglèsia metropolitana de dita ciutat a 9 de Octubre de 1666, per lo R. Docttor Gaspar Blay Arbuxech, Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu.
