Valencia celebra el 9 de octubre su fiesta, en conmemoración de la entrada de Jaime I en la ciudad del Turia en 1238. Según los estudios de Rafael Narbona, la primera vez que se celebró fue en 1338 para que San Dionisio aliviara el hambre que castigaba a la ciudad. La fecha no dejó de conmemorarse a partir de entonces, asociada a la entrada del Conquistador, que según su Crónica tuvo el gozo de ver como su estandarte real se alzaba en Valencia a hora de vísperas (sobre las 18.00 horas), del día de San Miguel según el cronista Ramón Muntaner. En este día, ofrecemos los siguientes textos sobre el origen de una fiesta tan simbólica para las gentes de Valencia. El gozo de Jaime I por la toma de la ciudad, como se podrá apreciar, no fue compartido por muchos de sus nobles.
“Y cuando se hizo aquello, y habíamos comido, bebido y dormido en un real cercano a nuestro lugar de albergue, mandamos llamar al arzobispo, los obispos y los ricos hombres, y el arzobispo de Narbona estuvo presente. Y cuando todos estuvieron delante, Nos les dijimos que Nuestro Señor nos había concedido muchas gracias, y entre otras una que nos había concedido ahora, que Nos y ellos deberíamos agradecerle mucho; y como en este bien nuestro ellos habían tenido gran parte, queríamos hacérselo saber para que se alegraran: Valencia era nuestra. Y cuando dijimos esta palabra, don Nuño, don Eiximén de Urrea, don Pedro Ferrández de Azagra y don Pedro Cornell perdieron los colores como si alguien los hubiera herido directamente en el corazón: y excepto el arzobispo y algunos obispos, que dijeron agradecer a Nuestro Señor este bien y esta merced que nos había concedido, ninguno de los otros lo alabaron ni lo agradecieron a Dios, ni lo tuvieron por bueno…
“Y cuando llegó el otro día a hora de vísperas enviamos a decir al rey y a Rais Abulhamalet para que supiesen los cristianos que nuestra era Valencia, y que ningún mal les hiciesen al emplazar nuestra señera en la torre que ahora es del Temple. Y ellos dijeron que les placía. Y Nos estuvimos entre la rambla, el real y la torre. Y cuando vimos nuestra señera encima de la torre, descabalgamos del caballo y orientándonos hacia oriente, nuestros ojos lloraron y besamos la tierra por la gran merced que Dios nos había concedido.”
JAIME I, Crónica o Llibre dels feits, Barcelona, 1982, pp. 262-263.
Selección y versión castellana de Víctor Manuel Galán Tendero.
“Y me complace lo que los habitantes de Mallorca ordenaron: que todos los años, el día de San Silvestre y de Santa Coloma, en que fue tomada Mallorca por dicho señor rey (Jaime I), se haga una procesión general por la ciudad con el estandarte de dicho señor rey…”
“Por esto suplicaría a mi señor el rey de Aragón (Alfonso IV) que por gracia y merced suya ordenara, con los prohombres de la ciudad de Valencia, que el día de San Miguel todos los años se hiciera procesión general en Valencia para el alma de dicho señor rey y para que Dios acrezca y mejore en todo tiempo a sus descendientes y les dé victoria y honor sobre todos sus enemigos, y esto porque la ciudad fue tomada la víspera de San Miguel por dicho señor rey don Jaime…”
RAMÓN MUNTANER, Crónica, Madrid, 1970, p. 67.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero y versión castellana de J. F. Vidal Jové.
