GUERRA EN EL ROSELLÓN Y PAÑERÍA VALENCIANA.

26.09.2016 22:15

                

                El reino de Valencia participó de las extensas e intensas relaciones comerciales del Mediterráneo Occidental de los siglos XIII y XIV. Las diferencias entre reyes o entre religiones no obstaculizaron su anudamiento, aunque el deseo de imponerse en las redes mercantiles suscitó más de una guerra. El dominio de un estrecho o de una isla devenía vital para imponer tal hegemonía.

                En 1343 Pedro IV de Aragón emprendió la conquista del reino de Mallorca, regido por otra rama de la casa de Jaime I. Se trataba de un reino extendido más allá de las Baleares y que disponía de los estratégicos condados del Rosellón y de la Cerdaña, las puertas de la Península en caso de invasión francesa. Mientras en Mallorca Pedro IV libró una campaña relativamente rápida al comienzo, en los condados la resistencia fue mayor. Algunos historiadores han sugerido que su nobleza era hostil a la incorporación a la Corona de Aragón a diferencia de unos mercaderes mallorquines más proclives.

                La campaña del Rosellón obligó a movilizar grandes medios. La ciudad de Valencia contribuyó, entre otras cosas, con armamento. El 4 de noviembre de 1344 el rey notificó al baile de Valencia la licencia para que los comerciantes del reino transportaran paños al ejército del Rosellón. Gran receptora de productos textiles del Sur de Francia desde la conquista cristiana, la capital del reino comenzaba a desarrollar por aquellos días su propia producción, al igual que otras localidades. La guerra contra Francia de tiempos de Pedro el Grande la había estimulado, según una tesis clásica, que cabe completar con las noticias posteriores. En un mundo en el que el comercio y la espada fueron unidos, las oportunidades se presentaban de esta manera.