INICIOS, GRAVEDAD Y RESPONSABILIDADES DE LA PESTE DE 1647.

26.09.2020 16:58

               

            “Como jamás entre los médicos se creyó la calidad del mal, no se aplicaron los remedios para que no se extendiera más: que si estos en los principios no faltaran, ni tampoco la resolución y valor en ejecutarles, hubiéramos hecho de nuestra parte lo que debíamos para atajarle, pero no es el menor daño la consunción y duda que llena la peste en sus principios, la cual hace no se advierta las faltas y yerros que después tan gravemente se lloran.

              “Veíase que una calentura de veinticuatro horas a un hombre le quitaba la vida, y esta no era de las peores, porque en la bajada de San Francisco se supo que un hombre a las diez de la noche se despidió bueno de sus vecino, dándole buenas noches, y a las tres de la mañana ya era muerto.

                “De esta manera a los últimos de septiembre habían muerto muchísimos en Valencia. Sabíase que en la casa que entraba jamás hería a uno solo y que a todos les hería con unos propios accidentes, que eran calentura con bubón en la ingle o bajo el brazo y algunos detrás las orejas y eran como unas secas. A otros con pulgón, a otros con una apoplejía general y a otros (como yo vi) con todo esto junto, no faltaron algunos carbonchos, mas lo que igualmente se vio fueron las secas o bubones.

                “También hubo en este tiempo tercianas y otros accidentes, aunque pocos, aunque los malignos y mortales solo fueron los primeros y de estos regularmente morían las gentes, por lo cual fue esta enfermedad universal.

                “Todo esto no fue bastante para que en Valencia se diligenciara atajar el mal. No deben ser culpados los que gobernaban, sino aquellos a quienes tocaba por su facultad conocer el mal y descubrirle. A los primeros de octubre ya el mal iba muy desvergonzado por Valencia y por sus efectos se habían ganado nombre de contagios y daba tanta prisa a los curas de las parroquias que ya no le bastaban los vicarios ordinarios y asía había de valerse de dos y de tres.”

                Fray Francisco Gavaldá, Memoria de los sucesos particulares de Valencia y su reino en los años mil seiscientos cuarenta y siete y ocho, tiempo de peste, II, Valencia, 1651.

                Selección y adaptación al castellano actual de Víctor Manuel Galán Tendero.