JAIME I INTENTA ANIMAR EL CORSARISMO.

04.09.2015 13:27

                La conquista de las tierras valencianas se llevó a cabo a través de una serie de campañas terrestres, que a veces requirieron de la pericia y los medios de los navegantes de los dominios de Jaime I. Evidentemente también la empresa tentó a gentes de otras áreas.

                Por aquella época la gran armada almohade mencionada por Ibn Jaldún era cosa del pasado ante la crisis del poder islámico en Occidente. Los sucesores de los almohades en Túnez plantearon de manera muy circunstancial algún tipo de amenaza marítima, de tal modo que los navegantes aragoneses pudieron emprender sus empresas con mayores garantías de tranquilidad.

                Además del comercio con España (la forma de referirse a Al-Andalus en los documentos aragoneses coetáneos), otra lucrativa fuente de beneficios era la piratería. En ocasiones algunas naves de mercaderes ejercieron la piratería para abastecerse o ampliar los provechos del viaje. Conscientes de tales riquezas, los reyes trataron de participar en su reparto a través de las autorizaciones de corsarismo. La patente de corso contra un rival del rey permitía ejercer la piratería a cambio del pago de una serie de derechos.

                Al principio Jaime I intentó fomentar la repoblación de su flamante reino de Valencia e hizo una serie de concesiones en los Fueros a los hombres de mar que se arriesgaran. El monarca no tomaría nada de una embarcación naufragada ante las costas valencianas, sin imponer ningún derecho tributario al efecto. Se comprometía a restituir la carga en caso que no se hubiera respetado tal disposición.

                Los pobladores del reino de Valencia que fueran en corso a las aguas de España gozarían de franquicia tributaria, pero no otros. Sus naves y galeras deberían de pagar 20 morabatinos alfonsíes o un sarraceno de buena condición por vender en pública subasta sus presas en tierras valencianas. Los leños de una hilera tributarían 10, la barca de treinta a dieciséis remos 5 y la barca de menos de dieciséis 3 morabatinos.  

                La iniciativa corsaria se trataba de hacer lo más asequible posible a los inquietos repobladores del litoral valenciano, verdaderos almogávares del mar.