JÁTIVA Y LOS MEDIOS PARA ENFRENTAR LA CRISIS DEL XVII.

26.01.2017 18:28

                

                En el siglo XVII las dificultades se abatieron por gran parte de Europa y el reino de Valencia, dentro de la sobrecargada Monarquía hispánica, no fue una excepción. Sus ciudades y villas, de obediencia real o señorial, tuvieron que afrontar problemas muy delicados, con unas haciendas generalmente endeudadas y de contabilidad enmarañada.

                La ciudad de Játiva, cabeza de una gobernación del reino, ejemplifica la situación de las localidades de dimensiones medianas de la época. La expulsión de los moriscos le había privado de una parte importante de la población de su gobernación y en 1635 todavía no se encontraban resueltos los problemas de unión de los municipios de Játiva y de su arrabal, anteriormente morisco, que arrastraba junto con Corbera dificultades de repoblación.

                El estado de guerra de la Monarquía imponía severas cargas, incluso en un frente mediterráneo nada inactivo por aquel entonces. Por mandato del virrey Francisco Diego Borja Centelles, duque de Gandía, su gobernador don Francisco Milán de Aragón ordenó en 1642 preparar doscientos soldados para auxiliar la marina amenazada por los corsarios argelinos y otros enemigos. Las autoridades municipales le respondieron que carecían de hombres por la repoblación de los lugares de los moriscos y otras levas. Solicitaron que los soldados se sacaran de las localidades de nueva población.

                La habilidad para ganar tiempo de sus prohombres no fue la única baza de Játiva. En 1644 el síndico de su acequia principal indicó al Consejo de Aragón que se habían hecho nuevos capítulos para la administración y distribución de sus aguas. No en balde, a cambio de su arroz se logró trigo de Castilla, con la que había comunicación a través de la ruta de Almansa, lo que a la larga constituía un aliciente para iniciar la recuperación.