LA APORTACIÓN FISCAL DE UNA COMUNIDAD MUDÉJAR. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

11.09.2022 12:42

 

    Entre finales del siglo XIV y comienzos del XV, el reino de Valencia todavía no se había restablecido de los estragos causados por la epidemia de peste y por la guerra con Castilla, pero ya se estaban poniendo las bases de su posterior desarrollo económico. Sus comunidades mudéjares aportaron productos y servicios de gran valor comercial, atrayendo a mercaderes de distintos puntos de Europa a sus puertos.

    La baronía de Cocentaina dispuso por aquel entonces de una importante morería en su Arrabal, cuyas gentes pagaron un buen número de impuestos. En los mejores años, tal aportación equivalió a un poco más de la quinta parte de todos los ingresos señoriales de la baronía. Tales fueron las cantidades, en sueldos, recaudadas:

Año.

Baronía.

Arrabal.

Porcentaje de las rentas del Arrabal.

1379

21.130

4.302

20´3%

1380

25.850

7.262

28%

1381

25.039

3.966

15´8%

1382

23.061

4.079

17´7%

1385

25.737

2.657

10´3%

1386

17.934

200

1´1%

1421

21.544

4.311

20%

1425

20.916

4.026

19´2

1426

16.018

4.148

25´9%

1428

14.851

4.182

28´1%

 

    En estos resultados debe tenerse presente que en 1381 se incluyeron los  3.794 sueldos del morabatí, que empezó a recaudarse en 1379. Además, la recaudación de la aljama de 1385 solo incluyó la parte pagada antes del relevo del alamín en el mes de noviembre.

    Los ingresos de la baronía entre 1379 y 1385, coincidiendo en líneas generales con el señorío de la reina Sibila de Fortià (esposa de Pedro el Ceremonioso), se mantuvieron en unos niveles aceptables. La revisión de la administración de las rentas y el emprender ciertas obras públicas resultó provechoso. Estos buenos resultados también se dieron en el Arrabal.

    Sin embargo, las cosas se torcieron para los mudéjares en 1385, y sus aportaciones se hundieron al año siguiente. Las incursiones granadinas en el Sur del reino de Valencia provocaron una gran inseguridad, además de desatar la violencia contra aquéllos. Los de Cocentaina la padecieron a manos de cristianos de otras localidades vecinas.

    De 1421 a 1428, bajo el señorío de la reina Yolanda (la última esposa de Juan I), volvemos a disponer de datos. La aportación mudéjar se mantuvo firme, pues fundamentalmente pagaron cantidades fijas anuales. Mientras tanto, las circunstancias adversas mermaron las aportaciones generales de la baronía al tesoro señorial. En suma, una comunidad mudéjar fue una verdadera garantía de renta para una señora de entonces, bien dispuesta a concertar préstamos para mantener su nivel de vida.

    Fuentes.

    ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

    Real Patrimonio, Maestre Racional, nº. 2647, 2648 y 2649.