LA AUTORIDAD QUE VISITÓ VALENCIA TRAS LA RIADA DE 1617.

10.11.2024 11:42

               

                La reciente catástrofe que ha devastado demasiadas localidades valencianas nos deja, al menos, la certidumbre de la solidaridad y del buen corazón de muchísimas personas, de voluntarios de toda España y de otros países que han venido, vienen y vendrán a ayudar. También se han hecho importantes aportaciones de dinero y de suministros en la medida de las posibilidades de cada uno. Lo importante es ayudar. La catástrofe, qué duda cabe, ha sido histórica, pero no ha sido la primera de su género. A 1 de noviembre de 1617 una verdadera DANA azotó con furia la ciudad de Valencia y otras áreas del Este de la península Ibérica. Se vivieron escenas de angustioso pánico en Valencia. Apenas pasadas unas jornadas de la tragedia, llegó un representante de la ciudad de Barcelona. A diferencia de los voluntarios catalanes de hoy en día, el señor no hizo ninguna aportación a los damnificados. Al contrario. Fue agasajado con un espléndido festín, demostrativo del poder de la quebrantada ciudad de Valencia. En los tiempos del Barroco, mantener la reputación, el honor, el reconocimiento de estar por encima de toda debilidad era mucho más importante que cualquier gesto parecido a la solidaridad, todavía no enunciada. Las obras de caridad, por razones religiosas clarísimas, ocupaban con muchísimos reparos el espacio que hoy otorgamos a la solidaridad. Vistas las cosas así, de esta manera nos transmite el memorialista Pere Joan Porcar la susodicha visita:

                “Y el mencionado día (5 de noviembre de 1617) llegó a Valencia un señor jurado de Barcelona reconocido como jurista, además de un diputado y un síndico, que venían de Madrid de negociar con el rey. Y el domingo, a las cinco de la tarde, fue por Valencia en carrozas, y estos días había llovido tanto que no lo pudieron pasear por Valencia, como es costumbre, por los grandes lodos y aguas. Y de este modo, lo pasearon en carrozas para besar las manos al virrey y a la virreina y de vuelta al señor arzobispo. Posó en casa de don Joan Cabanelles, cerca de San Juan. Y al día siguiente, lunes 6, la ciudad de Valencia le ofreció cuatro pavos, seis gallos de las Indias, doce pares de conejos, doce pares de pichones, llevándolo compañeros por el mercado y después fueron a la sala de la ciudad, y allí guardaron lo demás que debían traer; y dos cahíces de harina candeal, cuatro cahíces de centeno, un ternero, dos carneros, un cerdo muerto, doce platos grandes de terriza con confitura seca, cuatro platos grandes con confitura de monjas que pesaba cada uno más de treinta libras, dos recipientes de panecillos de azúcar fino, una docena de jamones, seis odres de vino (tres de blanco y tres de tinto), doce hachas blancas, dos tabacos grandes con estadales blancos, una barra llena de bujías de cera blanca con dos cuartos. Y primero los tabales de la ciudad y luego el trigo, y en retaguardia Vicent Mateu en lugar del racional y seis vergueros de la ciudad de Valencia. Y recibió el presente y recompensó a Mateu con cuarenta libras, a los vergueros con treinta, y a los que llevaban la volatería y plata con cuatro reales para cada uno. Y al día siguiente, martes 7, convidó en su casa a los jurados de Valencia, que acudieron, y fue con la carroza del virrey a hacer a los jurados su cumplido a la ciudad, y por la tarde fue a la Seo a ver las reliquias. Y miércoles por la mañana se fue hacia su tierra, Dios lo encamine. Dicen que fue el hombre más contentísimo del mundo, y dicen que, recibido el presente, el mencionado Mateu le ofreció una cédula de la ciudad de cuarenta mil ducados, admirándose de ello y agradeciéndolo, que no quiso aceptar, pues sostuvo que tal presente era para su majestad y no para un consejero de Barcelona. Y el jurado de Barcelona siempre comió con gramalla.”

                Pere Joan Porcar, Dietari, 1598-1628 (Antologia). Edición de Ferran Garcia Garcia, Valencia, 1983, pp. 154-155.

                Selección y adaptación al castellano actual de Víctor Manuel Galán Tendero.