LA LABORIOSA ALBUFERA DE ORIHUELA.

24.06.2019 17:45

                La Orihuela de la Baja Edad Media contó con unos términos extensos y naturalmente variados, con importantes áreas de humedal cercanas a la costa, que rentaron importantes beneficios económicos a su municipio. En 1361, en plena guerra entre Aragón y Castilla, el infante don Fernando, entonces señor de Orihuela, intentó hacerse con tales rentas, pero se le afeó que no tuviera en cuenta los sacrificios que los vecinos hacían en la defensa del territorio y del reino, a lo que respondió plegando velas y excusándose que no veía tan provechosos tales espacios, sometidos a los vaivenes de la guerra y de los naufragios.

                Aquellos humedales, los de las salinas cercanas a Torrevieja, se quisieron convertir en una albufera comunicada con el mar para promover la pesca. En 1439 se elaboraron unos capítulos con vistas a su aprovechamiento, aunque la máxima dificultad residió en la construcción de una acequia que enlazara convenientemente con el Mediterráneo, a modo de canal, pues el terreno era duro de obrar.

                Se necesitaron buenos dineros, difíciles de lograr, y en 1482 se tomaron prestados de la cofradía de pescadores de San Pedro, de los fondos que tenía destinados a la redención de cautivos. No fueron suficientes y se acudió a otros medios: los peraires dieron dinero a cambio de la veda de paños forasteros en el término municipal, se vendió una parte del inmueble del almudín o depósito de granos. Se pudo realizar el ansiado canal.

                Durante años la pesquería fue posible, pero en 1503 los temporales de levante arruinaron el canal, obligando a buscar nuevos medios para preservarla. El pulso entre las personas y la naturaleza prosiguió.