LA NEGATIVA CABALLERESCA AL IMPUESTO.

23.02.2016 16:30

                

                Los caballeros medievales no solo fueron los revoltosos habitantes de los campos de Europa, siempre prestos a cabalgar hacia el horizonte en busca de hazañas y de botines. En la Cristiandad mediterránea el declive de las veteranas ciudades romanas no había sido tan pronunciado y los caballeros del carolingio reino de Italia demostraron como su estilo de vida podía compatibilizarse con el urbano.

                En Hispania las conquistas a los musulmanes dispensaron a los cristianos el dominio de codiciadas ciudades, como Valencia. Las negociaciones de Jaime I en pos de su capitulación buscaron evitar un saqueo nobiliario del padecido por la Ciudad de Mallorca y así depositar sus bienes en manos del rey, que los repartiría entre sus fieles según sus intereses.

                Los caballeros también recibieron allí casas y terrenos en proporción a sus esfuerzos bélicos o a su proximidad al Conquistador. Bajo los nuevos señores la ciudad de Valencia se consolidó como un lugar de enorme atractivo para los negocios de todo género y para establecerse.

                Los caballeros lograron tomar asiento en el gobierno municipal y disponer de importantes bienes en los términos locales, pero no renunciaron a sus privilegios.

                Las guerras de la monarquía se sufragaron con el esfuerzo de los municipios en unas circunstancias económicas cada vez más adversas, antes de la expansión de la peste. La ciudad de Valencia se propuso reducir su deuda a través de un préstamo forzoso de 5 a 100 sueldos por cabeza entre todos los vecinos y habitantes.

                Los caballeros y los generosos (los más distinguidos de linaje) lo objetaron con firmeza. Así que el 20 de febrero de 1344 el municipio nombró una comisión de prohombres para suavizar las relaciones con aquéllos.

                El gobernador del reino los protegió y el 24 de mayo de 1345 se tuvo que pensar en una nueva comisión, que a la altura del 20 de septiembre no había logrado tampoco nada. La oposición caballeresca era general en otras localidades del reino y Valencia acordó con Játiva una Unión ante ello. Se enviaron mensajeros al rey a Perpiñán para dar cuenta tanto de la tozudez caballeresca como de la cantidad de problemas que ocasionaba cobrar tributos.

                Fuente: Diplomatari de la Unió del Regne de València (1347-1349). Edición de Mateu Rodrigo Lizondo, Valencia, 2013.