El marquesado de Elche fue uno de los grandes estados señoriales del reino de Valencia. En el siglo XVI, contó con su propio gobernador y baile, encargado de funciones tan importantes como las de supervisar las reuniones municipales de la villa de Elche.
Esta villa contaba con sus propias autoridades (justicia, jurados y consejo), al modo de otras localidades valencianas de época foral, al igual que el arrabal morisco de San Juan. De hecho, el síndico del arrabal se quejó del proceder de los jurados ilicitanos en 1577. La imposición de las sisas, como las de la carne, a finales del siglo XVI enfrentó a las autoridades de la villa con las del arrabal, que tuvieron el apoyo del señor.
Una parte considerable de los ilicitanos, particularmente entre algunos de sus prohombres, no llevó a bien la sumisión a los duques de Maqueda, y reclamaron incorporarse al patrimonio de la corona desde 1567. Tras la extinción de la línea ducal a mediados del siglo XVII, tal pretensión se redobló, y se pleiteó con gran dispendio ante la real audiencia de Valencia, sin apenas resultados.
El marquesado, con todo, estuvo sometido a las autoridades supremas reales, como el procurador fiscal y patrimonial de la gobernación de Orihuela. El pago de un impuesto como el del morabatí, en 1588-95, intentó ser evadida por los que gozaban de privilegio militar, algo muy común a otras tierras por aquel entonces.
Fuentes.
ARCHIVO DEL REINO DE VALENCIA.
Procesos de Madrid del Supremo Consejo de Aragón, Letra P, Expediente 236.
