LA TELARAÑA DEL CRÉDITO COMERCIAL. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

17.12.2023 13:36

 

                El reino de Valencia era un lugar atractivo para los hombres de negocios italianos del siglo XV. A los vínculos políticos con la Corona de Aragón, se añadían en tiempos de Alfonso el Magnánimo sus ventajas financieras y mercantiles. El préstamo de dinero era un buen medio para introducirse en la comercialización y producción de una serie de cotizados activos.

                El mercader de Lucca Juan Miqueli formó una verdadera sociedad con los también comerciantes milaneses Felipe y Venturini de Baromeis. Aquél representaba como procurador a los dos hermanos en tierras valencianas, encargándose de buscar buenos negocios y de defenderlos ante la justicia.

                El caballero Joanot Martorell (el célebre autor del Tirant) y su hermano Jaume cayeron en sus redes. En la lejana Londres recibieron un préstamo de 2.300 florines de oro, equivalentes a unos 34.051 sueldos valencianos, en letras de cambio en las que eran versados los financieros de entonces. La deuda se reconoció oficialmente el 18 de noviembre de 1442. Además, los hermanos Martorell también contrajeron con el consorcio de Miqueli otra deuda de 278 ducados o 6.116 sueldos valencianos. El montante de todo ascendía a 40.167 sueldos, una suma muy sustanciosa para unos caballeros con posesiones discretas.

                Los Martorell fueron pagando, pero en 1444 todavía debían 18.000 sueldos, pues todo lo recibido de los italianos no sólo lo habían utilizado para viajes y fastos. Habían tenido que hacer frente a la deuda de 6.000 sueldos con el ciudadano de Valencia Bertomeu Martí, además del censo anual de 110 sueldos por el aniversario por el alma de su abuelo, oficiado por el clero de Gandía. Para pagarles, se tuvieron que vender a Inés de Portugal los lugares de Murta y Benibrafim, en el valle de Xaló, que entonces estaban en poder de la viuda de Jaume Romeu, Joana.

                ¿Por qué invirtieron los italianos en un negocio tan poco prometedor? La respuesta estriba en que Miqueli convino el 22 de septiembre de 1444 con el esposo de Inés, el comendador de Montalbán Gonzalo de Ixer, que parte de la deuda se pagaría en dinero, parte en las cotizadas pasas de Xaló. Unos 13.700 sueldos se pagarían en 300 quintales de pasa y 200 de azebib, según las indicaciones del mercader de Villajoyosa Segre, además de 100 de oullada al modo de Xaló. Si la suma de las ventas pasara de 9.000 sueldos, el resto se aceptaría en dinero. Asimismo, los 4.300 sueldos restantes se satisfarían en metálico por la Navidad del mismo 1444.

                La inversión era el primer paso, pues, para subordinar al resto de agentes económicos, algo que los italianos de distintos puntos sabrían hacer muy bien en Valencia y en otras tierras hispanas durante mucho tiempo.

                Fuentes.

                Jesús Villalmanzo y Jaime J. Chiner, La pluma y la espada. Estudio documental sobre Joanot Martorell y su familia (1373-1483), Valencia, 1992. Documentos 534, 535 y 536.