LAS INCONVENIENTES RUPTURAS COMERCIALES CON FRANCIA (1551-97). Por Víctor Manuel Galán Tendero.

24.07.2022 13:24

               

                Al igual que en el resto de la Corona de Aragón, la inmigración francesa tuvo una gran relevancia en el reino de Valencia en el siglo XVI. A finales de aquella centuria, algunas estimaciones hacían ascender su número a unas 30.000 personas. Procedentes mayoritariamente de Gascuña, Bearne, Limoges y Auvernia, conformaban una activa comunidad de la que se beneficiaban los poderosos del reino. Las relaciones comerciales entre Francia y Valencia se acentuaron en la segunda mitad del XVI, importando muchas telas la segunda.

                Sin embargo, el estado de guerra entre las monarquías española y francesa perjudicó su flujo puntualmente. El 26 de septiembre de 1551, los jurados de la ciudad de Valencia se quejaron de la prohibición de comerciar con Francia y del secuestro de los bienes de los franceses en el reino, particularmente de sus telas y otras mercancías. Ya esgrimieron el argumento de la ruina de la economía valenciana, con el consiguiente hundimiento de las imposiciones y rentas del monarca.

                Al final, se alzó la prohibición el 27 de octubre de 1552. Se autorizaron naves no superiores a las 150 toneladas y con una tripulación que no excediera las veinte personas. Tampoco podían estar armadas. Los puertos de Valencia y de Alicante fueron los únicos autorizados en todo el reino a comerciar con Francia.

                En 1557 volvieron los tiempos de ruptura, y el 26 de marzo de 1558 los jurados de Valencia insistieron en sus quejas, valorando esta vez la importancia de las sedas. Los embargos alcanzaron por entonces a los comerciantes en el puerto de Alicante. Por si fuera poco, ni Aragón ni Cataluña padecían similares restricciones.

                Al final, las aguas volvieron a su cauce, mientras Francia entraba en un período de inestabilidad política, el de las guerras civiles de religión, lo que no evitó el fortalecimiento de la actividad comercial con tierras valencianas. En 1582, partieron de Marsella hacia Valencia hasta treinta y cinco naves. El consulado francés en Vinaroz (sobre marselleses, bretones, normandos y gascones) cobró plena validez en 1585.

                La intervención de Felipe II en Francia no tuvo el éxito pretendido, y en enero de 1595 Enrique IV le declaró la guerra, lo que provocó una nueva ruptura, visible en la llegada de naves francesas al puerto de Valencia: 49 en 1594, 21 en 1595, y 3 en 1598.

                Una vez más, los jurados valencianos se quejaron el 17 de diciembre de 1596 de la falta de pesca, lencería y otras mercancías en la ciudad por la prohibición de comerciar con las naves de Bretaña, Francia y Alemania. Las rentas reales y las sisas se resentían ello, volvieron a afirmar.

                La realidad era la que era, y el 21 de enero de 1597 el Consejo de Aragón recomendó quitarla cuando fuera posible, además de vedar los abusos de ministros mal intencionados. Ya por aquel entonces los lazos entre los pueblos europeos eran muy estrechos, ocasionando las guerras considerables trastornos.

                Fuentes.

                ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

                Consejo de Aragón, Legajos 0588, nº. 018.

                María Teresa Pérez Villalba, Franceses en Valencia durante el siglo XVI, Tesis doctoral accesible digitalmente, Valencia, 2017.