LOS CAMBIOS DE LOCALIZACIÓN DE LOS VALENCIANOS EN EL SIGLO XV.

21.05.2016 10:42

 

                En el siglo XV se verificaron importantes cambios en distintos puntos de Europa. En la Italia al Norte de Roma se afirmó el protagonismo de las ciudades, que llevaron a cabo una notable renovación cultural que se conoce como Renacimiento. Este impulso urbano también se experimentó en el corredor del Rin hasta alcanzar los Países Bajos. El desarrollo comercial y el de la artesanía favorecieron el agrario. Los europeos salieron de las dificultades de la Baja Edad Media y las grandes monarquías intentaron aprovecharse de circunstancias tan favorables para cobrar más impuestos y alinear en los campos de batalla ejércitos más numerosos y mejor pertrechados.

                En el reino de Valencia también se dieron variaciones a lo largo de aquel siglo. La comparación entre 1418 y 1505 de los fuegos o unidades familiares bajo el señorío directo del rey en sus distintas gobernaciones (grandes demarcaciones reales) es elocuente.

                La gobernación de más allá del río Uixó, la del cuadrante septentrional, pasó de 7.273 a 2.971, de representar el 32´42% de toda la población del reino al 15´16%. Mientras Morella disminuyó su peso dentro de la gobernación (del 39´89% al 12´42% de sus efectivos), las localidades de la Plana lo aumentaron del 39´46% al 55´13%.

                La estrictamente de Valencia no tuvo una variación tan abultada. Los 10.252 fuegos de 1418 se convirtieron en los 11.041 de 1505. Tal crecimiento enmascaraba una evolución contradictoria, pues mientras la capital pasó de 8.000 a 9.800, el resto descendió de 2.252 a 1.322. En el reino pasó de representar el 45´70% al 56´33%.

                En la gobernación de Játiva se aprecia una disminución, aunque no tan notable como la primera. Sus 3.565 fuegos de 1418 decrecieron a los 2.948 de 1505, pero con una particularidad. Las comarcas de las Montañas (las del actual Norte de la provincia de Alicante) aumentaron de 1.445 a 1.982, mientras el resto de la gobernación disminuyó de 2.138 a 966. En cuanto a representación hubo escasa oscilación, entre el 15´89% y el 15´04%.

                El mayor crecimiento lo observamos en la gobernación de Orihuela, que pasó de los 1.342 a los 2.638 fuegos, del 5´98% al 13´46% de la población del reino. Orihuela creció de los 1.000 a los 1.900 fuegos y Alicante de los 341 a los 738.

                El realengo valenciano tuvo de 22.432 a 19.598 fuegos. En el llamado siglo de oro valenciano, por el brillo de sus literatos, no se verificó nada similar en lo demográfico, ya que en una parte muy dinámica y significativa de su territorio la población disminuyó en un 12´63% tras un período de epidemias persistentes y años agrarios desfavorables. En todo caso los valencianos bajo dominio real no excedieron de los 100.000. A este número tendríamos que añadir el de los fuegos bajo dominio nobiliario y eclesiástico, que duplicaría el total.

                Con todas las prevenciones, la trayectoria aparecida es de gran interés. A lo largo del siglo XV se verificó una redistribución de la población en detrimento de núcleos como Morella, de gran importancia lanera, y Játiva y en beneficio de los del litoral, desde Castellón a Orihuela. El desarrollo comercial tiró de la agricultura de estas comarcas con fuerza y en el Cuatrocientos ya emergió el perfil de la distribución de la población valenciana hoy reconocible.