LOS CÁRDENAS Y LA PROMOCIÓN ECONÓMICA DE SU SEÑORÍO ILICITANO.

17.12.2016 19:49

                

                En 1479 don Gutierre de Cárdenas recibió de don Fernando de Aragón el señorío sobre la villa de Elche por sus buenos oficios en las negociaciones que condujeron al matrimonio con Isabel de Castilla. El que llegara a ser comendador mayor de León, logró de los reyes el 2 de marzo de 1482 que los vecinos y moradores de Elche y Crevillente estuvieran exentos de diezmos, aduanas, almojarifazgos, pasajes y portazgos entre el reino de Valencia y Castilla por los pasos de los obispados de Cartagena y Cuenca.

                Tal disposición favorecedora del comercio se confirmó sucesivamente el 1 de mayo de 1562, el 22 de enero de 1599 y el 4 de noviembre de 1603 por los monarcas.

                La potenciación de los intercambios comerciales alentó el cuidado de la red de regadío ilicitana. El marqués de Elche obtuvo el 1 de diciembre de 1556 de la ciudad de Murcia licencia para llevar agua del azarbe de Monteagudo (ensanchando y ahondando la boquera y acequia de Santomera) antes de verter en los marjales de la ciudad. El corregidor de Murcia, Lorca y Cartagena don Nuño del Águila y Velasco y los caballeros regidores de la primera lo aprobaron por la carencia de fondos de bienes de propios y de dineros para ejecutar una obra necesaria para la salud de la ciudad.

                Tal obra fue un activo en manos de los marqueses de Elche, también duques de Maqueda, y el 5 de agosto de 1596 el marqués don Bernardino de Cárdenas vendió a la vecina de Elche Beatriz Gómez (viuda de Ginés Jordi) la heredad de Rojales, Formentera y Azarbe de la Reina situada en la huerta de Orihuela (término de Guardamar y Rojales) de 30 tahúllas por 120 libras. El marqués se reservó el derecho a conducir el agua del río Segura por el Azarbe de la Reina hasta la albufera de Elche. Allí también se preocuparon por promocionar su puerto de Santa Pola. Pero esa es otra historia.