La conquista y repoblación de Al-Ándalus contó con la participación de población judía, que vio una oportunidad de conseguir más seguridad, riqueza y honor. Jaime I concedió bienes a los judíos en la recién conquistada Valencia. En su repartimiento, unos ciento cuatro judíos recibieron bienes, como casas en localidades como Valencia, Játiva, Murviedro y Alcira. Además, obtuvieron parcelas de tierra de una a seis jovadas en sus términos municipales, al igual que los colonizadores cristianos.
El tesorero real Jahuda de la Cavallería, cabeza de un destacado linaje, fue agraciado con importantes bienes en la huerta valenciana. Su hijo Salomón llegó a ser baile de la Vall de Almonacid, la Vall de Uixó y Segorbe, para afincarse más tarde en Murviedro, que administró junto con Onda. Astrug Jacob Xixó, de probable origen tortosino, prestó importantes al rey importantes cantidades, que le fueron compensadas con el otorgamiento de las bailías de Morella y Peñíscola. Con sus beneficios, pudo adquirir unos molinos en Campanar, alzando cerca unos baños públicos. Los judíos, por ende, contribuyeron a la forja del reino de Valencia.
Para saber más.
Jueus, conversos i cristians. Mons en contacte. Revista d´Història Medieval,4, Valencia, 1993.
