Muchas localidades valencianas atesoran un pasado mudéjar, el de las comunidades musulmanas que permanecieron bajo dominio cristiano tras la conquista de Jaime I.
Buñol es una de ellas.
En 1254 se dispensó a los musulmanes de sus tierras un trato benévolo que incluyó el respeto a los bienes de sus mezquitas. Pagaron a cambio impuestos como el azaque sobre sus ganados y colmenas.
Los apicultores mudéjares de Buñol extendieron sus quehaceres hasta las cercanías del término municipal de Requena. A veces recibieron daños de sus vecinos de Requena, Sot y Chiva.
Ante tales contratiempos se condujeron como una comunidad cohesionada que supo recurrir a la protección legal del rey, que entre 1304 y 1315 fue el señor directo de Buñol.
No siempre fueron los vecinos los que ocasionaron perjuicios y su alcaide cristiano fue llamado a capítulo por el señor rey en marzo de 1313.
El alcaide del castillo también ejerció la administración económica de la bailía e impulsó el establecimiento de una taberna para ganarse sus buenos dineros. El problema era que contrarió vivamente las creencias y los usos de los mudéjares.
El rey Jaime II no se mostró dispuesto a perder el todo por una parte, a que muchos mudéjares abandonaran Buñol por otras tierras más hospitalarias.
El monarca ganó fama de justo por su apego a las formas legales y a los procedimientos judiciales, en los que también se mostraron duchos los antiguos habitantes de Buñol.
Fuente: Archivo de la Corona de Aragón, Real Cancillería. Registro 152 (f. 282 r).
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