LOS PRECEDENTES TAIFALES DEL REINO DE VALENCIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

28.11.2020 16:12

               

                El reino de Valencia, como tal, fue el resultado de las campañas y de las decisiones tomadas por Jaime I. Ciertamente, otros reinos de Valencia tuvieron otra extensión y otra naturaleza. El actual espacio valenciano se estructuraba, por ejemplo, de manera distinta en el siglo XII, cuando los almohades lograron imponerse a Ibn Mardanís, el famoso rey lobo.

                El 20 de marzo de 1178, suscribieron en Cazola Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón un conocido tratado sobre la división de la tierra de España, de Al-Ándalus, que nos permite conocer la ordenación política del levante peninsular.

                El de Aragón había exigido a Ibn Mardanís el pago de parias y la fundación de Teruel en 1171 formaba parte de sus proyectos expansionistas hacia allí. En febrero de 1172, propuso en su corte de Zaragoza mover guerra contra los musulmanes, cuando la rebelión cundía en Almería, Lorca, Elche y Alcira contra el poder de Ibn Mardanís, acosado también por los almohades. Muerto aquel mismo año, Alfonso II realizó una incursión contra la ciudad de Valencia, exigiendo mayores tributos a sus gobernantes. Con iguales propósitos se movió contra Játiva a continuación, pero en mayo de 1172 una incursión de los navarros le obligó a cambiar de planes.  

                La extensión del imperio almohade por Sharq Al-Ándalus no detuvo tales apetencias. En 1176 la peste castigó el territorio andalusí y en 1177 el de Aragón ayudó a Alfonso VIII de Castilla a conquistar Cuenca. Tomada la misma, el aragonés llegó hasta Lorca y más tarde incursionaría hasta Murviedro, la actual Sagunto.

                Se hizo preciso entonces el entendimiento entre ambos Alfonso, origen del tratado de Cazola, en el que Alfonso de Castilla aprobó por él y sus sucesores que el de Aragón y los suyos pudieran conseguir y poseer libremente, sin interferencias, una serie de reinos, en verdadero franco alodio, sin las sumisiones de vasallaje de tratados anteriores, como el de Tudilén del 27 de enero de 1151.

                Se dejó constancia en el tratado de Cazola de reinos con territorios habitados y deshabitados (detalle significativo), como los de Valencia, Játiva y Denia, orientado este último hacia el mar y la significativa Calpe. Las taifas que habían pagado de una manera u otra el tributo sirvieron para hacer tal reparto, en términos muy generales, que más tarde se concretarían más. Es curioso, que se reconocieran (en términos muy genéricos) los territorios que deberían pertenecerle al reino de Valencia como de dominio aragonés. 

                Más allá de tales reinos, se diferenció el estratégico punto de Biar, y sus distritos, cuyo puerto marcaría el límite meridional de los dominios aragoneses, renunciando ya a Murcia. Más allá de Biar, Aragón reconocía la posesión libre del resto de Al-Ándalus, toda una pretensión que tenía que verse aceptada por otros poderes rivales.

                 El posterior reino de Valencia se construiría sobre tales elementos territoriales.

                Bibliografía.

                Miguel Gual Camarena, Precedentes de la reconquista valenciana, Valencia, 1952.