LUIS DE SANTÁNGEL, PAGADOR DEL PRIMER VIAJE COLOMBINO.

12.10.2015 10:44

                Las negociaciones entre la Corona y Cristóbal Colón, que culminaron con el famoso viaje a las Indias, estuvieron marcadas por la desconfianza. Por poco se rompieron definitivamente. Al final ambas partes se avinieron al acuerdo, el de las Capitulaciones de Santa Fe, en las que figura en calidad de secretario real Juan de Coloma, que recibiría el señorío de Elda. Tal documento se encuentra entre los tesoros del Archivo de la Corona de Aragón, lo que ha dado pie a más de una disquisición sobre el carácter auténtico de la empresa colombina e incluso acerca de la identidad de don Cristóbal.

                Una tradición popular se ha complacido en presentar a Isabel la Católica empeñando sus joyas para financiar el viaje de descubrimiento, pero lo cierto es que los 6.016.000 maravedíes necesarios los avanzó el escribano de ración Luis de Santángel, el adinerado valenciano de linaje aragonés de procedencia judía que había hecho fortuna al servicio de los reyes de Aragón en materias tan vidriosas como el arrendamiento de impuestos.

                

                En 1481 el rey don Fernando, con el asentimiento de su esposa, lo nombró escribano de ración, lo que le facultaba a percibir, administrar y avanzar cantidades de dinero pertenecientes al tesoro regio. El de Santángel no perdió oportunidad y consiguió pingües beneficios con el cobro de la contribución de la Santa Hermandad en Castilla, tendente a asegurar el servicio de seguridad policial en sus caminos, y con la venta en almoneda de los musulmanes y judíos capturados en una Andalucía marcada por la guerra de Granada.

                Fue Luis de Santángel un hombre de negocios práctico y cerebral, al que no movió ningún deseo de mejorar la suerte de los judíos ni el afán de conocimientos, pues respondió con la mayor solvencia a los mandatos de unos reyes deseosos de acrecentar su poder y su prestigio como dirigentes cruzados.

                Don Fernando y doña Isabel le brindaron gustosos protección contra el Santo Oficio y acrecentó su fortuna con el abastecimiento cárnico de la gran Sevilla, con el arrendamiento de rentas en las conquistadas tierras de Granada y fletando naves genovesas que condujeron a los judíos expulsos fuera de su Sefarad. Para Valencia y su reino tampoco significó mucho que el escribano de ración fuera valenciano.

                Fuentes: Archivo General de Simancas. Cancillería, Registro del Sello de Corte, Leg, 149311.