SE BUSCAN MUDÉJARES PARA LA HUERTA DE ALICANTE.

17.05.2015 13:27

                No siempre se ha intentado fomentar la economía para favorecer a las personas, que al final de todo son las que menos han contado. Para los reyes ha sido un medio de acrecentar su poder.

                El 25 de julio de 1430 Alfonso V el Magnánimo había firmado con Juan II de Castilla las treguas de Majano. Se puso fin a una corta pero cruenta guerra que había amenazado gravemente el reino de Valencia. Antes que la tregua entrara en vigor, es más, la armada castellana comandada por don Fadrique Enríquez atacó infructuosamente por Santa Pola.

                El rey aragonés quiso aumentar la población de las marinas para fortalecer la seguridad. Alicante resultaba esencial por su posición litoral y su cercanía a la frontera castellana.

                Sin embargo, no se podía lograr un Alicante militarmente fuerte sin su huerta, tan necesaria para el abastecimiento y el bienestar de sus gentes. Por aquella época la huerta requería los brazos de muchos labradores.

                Los grandes posesores de tierras alicantinos querían unos agricultores a los que pudieran exigirles sus buenos pagos y se fijaron en los mudéjares que pretendían mejorar su suerte cambiando de lugar de residencia.

                Desde finales del siglo XIV la población mudéjar del término de Alicante había mermado notablemente, casi hasta desaparecer. Alfonso V se avino el 10 de octubre de 1430 a que el baile general del reino no pidiera licencia a los mudéjares que fueran a poblar y cultivar la huerta alicantina, modificando su provisión del 17 de noviembre de 1418.

                El Alicante mudéjar no volvió a florecer, pero a la larga la huerta alicantina sí con otros elementos.

                Fuente: Archivo del Reino de Valencia, Real Cancillería, 256, f. 75.