El rey Martín I el Humano mantuvo una buena relación con su esposa María de Luna durante sus muchos años de matrimonio.
Doña María ha sido elogiada por muchos historiadores como una persona prudente y atenta a solventar los problemas de sus fieles. Como todas las reinas de Aragón disponía de su propio patrimonio, en la que se contaba su ciudad de Segorbe.
Los segorbinos podían disfrutar de su protección e intercesión en las disputas con otras localidades. Con Murviedro, la actual Sagunto, se disputaron el aprovechamiento de las aguas del río Palancia.
Murviedro se quejó de la falta de agua, manifestando que no tenía ni para beber, perdiendo sus cosechas en agosto de 1405.
La localidad formaba un cuerpo y una universidad con la ciudad de Valencia, cabeza de un importante espacio jurisdiccional urbano. La capital trasladó el descontento a la reina, pero no consiguió gran cosa.
Como muestra de buena fe no había proseguido el proceso judicial el municipio valenciano, aunque la falta de resultados y la osadía de los segorbinos inclinaron nuevamente a la reclamación. Ante el rey esta vez.
Se quejó de la falta de atención de su esposa con moderación y denunció el grave quebranto de la regalía de Martín I. En una Murviedro poblada mayoritariamente de labradores y con pocos menestrales y comerciantes la carencia de agua conduciría al despoblamiento, tan lesivo para las arcas reales.
A comienzos del siglo XV la sequía golpeó con dureza las tierras valencianas, propiciando pleitos que descubrieron las discrepancias entre sus naturales.
Fuente: RUBIO, Agustín, Epistolari de la València Medieval, Valencia, 1985, documento 23, pp. 109-111.
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