UN COMITÉ MÉDICO DE EXPERTOS DE 1400. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

19.12.2020 12:07

               

                Dar aviso de la gravedad de una enfermedad no es cosa ligera ni para tomarse en broma, pues puede cambiar la vida de una persona y de toda una sociedad. En el otoño de 1400, el rey Martín I el Humano tenía la intención de ir a la ciudad de Valencia, pero sus autoridades municipales le previnieron de un terrible peligro, el de la peste.

                Entonces se temía que tan espantosa enfermedad ya estuviera haciendo de las suyas en la capital del reino. El 14 de noviembre de 1400 se recibieron las cartas reales, en las que se expresó la preocupación de Martín I por la situación, y las autoridades convocaron una reunión de especialistas para abordarla con urgencia.

                 Se hizo en la casa-palacio de la cofradía de San Jaime, entonces dotada de un jardín. Ocupó el espacio donde se establecería el convento de la Puridad de las Clarisas en 1854. Su advocación honró al Apóstol y al Conquistador don Jaime, según decidieron los canónigos y el clero de la catedral en el siglo XIII. Su primer cofrade fue el propio rey y desde 1393 carecía de limitación numérica al acceso de laicos. Caballeros, comerciantes, notarios y médicos formaron parte de la misma, logrando gran nombradía, hasta tal punto que su casa-palacio llegó a acoger las reuniones de los consejos generales de la ciudad, ciertamente numerosas.

                Se reunió una verdadera comisión de expertos integrada por maestros de medicina, cirujanos y farmacéuticos. Entonces, según los prejuicios profesionales y las normativas gremiales, se distinguía entre el arte de los maestros de medicina y los mecánicos cirujanos.

                Acudieron a la reunión los médicos Jaume Maderes, Bernat Oliver, Guillem Picó, Bernat d´Artesa, Andreu Vives, Pere Gironés, Jaume d´Avinyó, Gabriel Çapujada, Martí Moliner, Ramón Guardià, Jaume Roig, el converso Ramón de Vilanova y Manuel de Vilafranca. Jaume Roig fue el padre del famoso escritor y también médico del mismo nombre. Sería nombrado examinador médico de la ciudad de Valencia. No pudieron asistir Vicent Serra, por problemas de gota, ni Luis Ordinis. Para una población que no excedería de los 20.000 habitantes, suponía una proporción aproximada de un médico por cada 1.333 personas.

                Los cirujanos que tomaron parte fueron menos, un total de ocho: Pere Ballester, Guillem Iborra, En Gras, En Luis, Gabriel Amat, Joan Boïl y los maestros Pere Miquel y Pere de la Roxel.la. Aquí se aprecian las diferencias jerárquicas entre los maestros y el resto de profesionales, así como una proporción de un cirujano por cada 2.500 personas.

                Pere Pastor el mayor, Pere Pastor el menor, Ramón Comes, Romeu Corts, Tomàs Nicolau, Guillem Ferrer y Antoni Soler fueron los siete farmacéuticos convocados, con una proporción de uno por cada 2.857 personas. La tradición familiar también aparece bien atestiguada en este caso.

                Tuvieron que considerar tales expertos dos cuestiones una vez recibidas las cartas del rey: ¿había pestilencia epidemial en la ciudad? ¿Era el tiempo propicio a la propagación de la epidemia?

                Tras gran disputa y maduro razonamiento, tomándose el debido tiempo, se contestó que de momento no había prendido la peste en Valencia, pero las señales pronosticaban que sí que lo haría en lo sucesivo, pues el tiempo se encontraba dispuesto.

                Tan salomónica respuesta se dio el 15 de noviembre, dejándose en manos del rey el venir a Valencia. Lo cierto es que en el verano del año siguiente la peste golpeó Valencia. Aquella comisión de expertos de 1400 no anduvo errada.

               Fuentes y bibliografía.

                Agustín Rubio, Epistolari de la València medieval, Valencia, 1985, documento 69, pp. 199-200.

                Juan Martínez Vinat, “Estructura social y redes de sociabilidad en el movimiento confraternal valenciano: la cofradía de San Jaime de Valencia (1377-1441)”, Medievalismo: Boletín de la Sociedad Española de Estudios Medievales, 24, 2014, pp. 241-280.