UNA COMPAÑÍA DE CABALLEROS.

11.03.2017 20:10

                

                La Historia de la Europa del siglo XIII está protagonizada en muchos de sus episodios, como la conquista de las tierras valencianas, por las compañías de caballeros, que fueron algo más que los jinetes andantes del romanticismo.

                La compañía era una verdadera sociedad guerrera, forjada para lograr beneficios económicos y distinciones sociales. Las alteraciones políticas de un reino arrojaron al destierro a caballeros que pretendieron ganar posición al reverenciado modo cidiano.

                Precisamente, un 23 de octubre de 1255, un Jaime I en conflicto con su yerno Alfonso X de Castilla acordó con don Rodrigo Ramírez el servicio de su compañía, lo que nos permite conocer la estructura de un grupo caballeresco de aquel tiempo.

                La compañía requirió de unas ochenta bestias para el acarreo y la batalla. Quince caballos se armaron pesadamente y cinco de manera ligera.

                Los veinte caballeros y su comandante fueron auxiliados por cuarenta escuderos y por cuarenta servidores. Cada caballero recibió la asistencia de dos escuderos y dos servidores, casi una lanza al modo borgoñón del siglo XV.

                Jaime I retribuyó a cada miembro de la compañía según su posición jerárquica en concepto de ayuda para vestirse. El comandante recibió 300 sueldos, cada caballero 200, cada escudero 50 y cada servidor 30.

                Estos pagos añadieron un nuevo elemento, el de la retribución económica, al modo de vida caballeresco más tradicional hasta aquel momento.