UNA GRAN COMPAÑÍA ALEMANA EN VALENCIA.

03.01.2016 16:35

                A mediados del siglo XV la economía del reino de Valencia atrajo a distintos hombres de negocios del resto de Europa. Desde sus puertos salieron en naves de pabellón diverso productos altamente cotizados en las casas aristocráticas, que dedicaron cada vez más importantes cantidades de dinero a sus lujos.

                

                Además de los mercaderes de Génova, Florencia o Venecia se interesaron por nuestros productos los procedentes del Sacro Imperio Romano Germánico, cuya potencia económica global superaba la política. La familia Humpis tuvo negocios en distintos puntos de Europa y al final sus intereses recalaron en tierras valencianas.

                Su Gran Compañía, la de Ravensburg, compró arroz, frutos secos, azafrán, azúcar, cuero y cera del reino de Valencia a cambio de vender productos textiles y metálicos, lo que prefiguraba una economía agro-exportadora valenciana dependiente de los grandes núcleos de negocios del continente europeo.

                Más allá de las simples actividades de intercambio (visibles en su establecimiento del Portal Nou de la capital valentina), la Compañía refinó azúcar en Gandía hasta que la introducción del de la portuguesa Madeira desaconsejó su mantenimiento por poco competitivo.

                Al frente de los negocios valencianos de la Compañía se encontraron hombres experimentados como Jos Koler, Jacques Vizlant, Johan Enderone o Paul Spich. Uno de sus factores, Conrad Anckenreute, alcanzó tal éxito que logró emanciparse de la casa madre y fundar su propia compañía.

                La Gran Compañía acusó los problemas políticos de la Corona de Aragón, que dificultaron sus actividades usuales. La guerra civil catalana (1462-72) perjudicó a su sucursal en Barcelona y la guerra de las Germanías se ha puesto en relación con el declive de sus actividades a partir del siglo XVI, una centuria en la que la geografía económica europea experimentó notables cambios.